• La manifestación de la 'V' ha disparado el narcisismo de Artur Mas, que se ha convertido en aprendiz de brujo.
  • No sabemos lo que quiere el president, pero sí sabemos que no se conformará con nada.
  • Las elecciones anticipadas no parecen la solución, mientras en Moncloa muchos desean que ERC llegue a la Generalitat.
  • Lo peor: el guerracivilismo crece en España por el problema catalán.

Puntos para entendernos en el disparate nacional.

1. La manifestación de la 'V' fue un éxito. Tampoco estuvo mal la de la Sociedad Civil Catalana (Tarragona), pero fue mucho más pequeña.

2. Fue un éxito pero eso no significa que la multitud reunida sobre el eje de la Plaza de las Glorias fuera toda ella independentista. Era la Cataluña movilizada, pero eran muchos. Entre los independentistas puros, sólo existen los majaderos de ERC y antisistemas varios. Ahí está el germen del guerracivilismo.

3. El 'caso Pujol' no desactivó la convocatoria. Probablemente, el previsto 'caso Mas' tampoco lo haga. Como el 'caso Gürtel' o como los ERE -más grave éste que aquél-, el impacto de un caso de corrupción es fuerte al principio pero si se mantiene en el tiempo, y sin conclusiones (sin que nadie entre en la cárcel, para entendernos), se convierte en mera trifulca entre políticos y deja de satisfacer a la ciudadanía.

4. El éxito ha relanzado el narcisismo de Artur Mas, que vuelve a creerse protagonista de la historia y hace alejarse el 'prou' que le exigía Madrid para negociar un nuevo marco financiero. Mas se ha convertido en un aprendiz de brujo y ya no se conforma con más autonomía fiscal. Tampoco sabemos lo que quiere: simplemente sabemos que nada le parecerá suficiente, nunca dirá 'basta'.

5. Como todo nacionalismo, el éxito de ayer jueves supone más 'callejón sin salida'. No hablamos ni de idearios ni de Estado de Derecho, hablamos del tamaño del Estado.

6. En esta situación tampoco las elecciones anticipadas son la solución. En Moncloa son muchos los que desean que ERC llegue a la Generalitat. Están convencidos de que una cosa es pedir la independencia y otra pagar a maestros, sanitarios y policías. Pero también puede producir un colapso en Cataluña y de ese colapso el nacionalismo le echaría la culpa a España.

7. Escocia no es un referente. Lo probable es que venza el unionismo por la mínima... y entonces, como en Quebec, se volverá a solicitar otro referéndum.

8. Todo son conjeturas y una sola cosa es cierta: el guerracivilismo crece en España. Tanto catalanes -españolistas o independentistas- como el resto de los españoles se están distanciando, y enfrentando, cada vez más.

Eulogio López

eulogio@hispanidad.com