• El dinero fue depositado en cuentas del país europeo por el ex director exdirector de Abastecimiento de la petrolera estatal brasileña, Paulo Roberto Costa.
  • Este directivo destapó el caso cuando acusó a más de 40 políticos de haber participado en un gran sistema basado en sobornos durante los últimos diez años.
  • Además de la corrupción, la presidenta Rousseff deberá hacer frente en su segundo mandato a la crisis económica del país.
El próximo 1 de enero de 2015, la presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, inicia su segundo mandato de cuatro años, tras las últimas elecciones en las que se impuso por la mínima a su rival, Aécio Neves.

Y lo hace teniendo que afrontar uno de los mayores escándalos de corrupción del país iberoamericano, el que destapó un ex director exdirector de Abastecimiento de la petrolera estatal brasileña, Paulo Roberto Costa, cuando acusó a más de 40 políticos de haber participado en un gran sistema basado en sobornos durante los últimos diez años.

Según el testimonio de Paulo Roberto Costa -que fue arrestado en 2013 y cumple ahora condena-, los funcionarios estaban presuntamente involucrados en una trama de lavado de dinero y sobornos a partir de contratos de la empresa. Costa argumentó que los políticos recibieron 3% de comisiones sobre el valor de los contratos firmados con Petrobras cuando él era el director de abastecimiento de Petrobras, de 2004 a 2012.

En relación a este caso, la Justicia suiza ha autorizado la repatriación de 26 millones de dólares que fueron depositados en cuentas del país europeo por Paulo Roberto Costa.

Tres fiscales brasileños viajaron a Suiza esta semana para acordar los términos de la operación. Y según el diario brasileño 'O Globo', hubo un clima de "muy buena" cooperación entre los funcionarios de ambos países.

Petrobras también ha contratado dos auditores externos para investigar el impacto de los supuestos delitos cometidos por el exdirector de Abastecimiento de la compañía pública.

Como decíamos, este escándalo de corrupción ha salpicado de lleno a la presidenta, Dilma Rousseff, que durante años estuvo en la dirección de Petrobras, justo cuando supuestamente se estaban cometiendo estos delitos.

Y además de este asunto de corrupción, Rousseff deberá hacer frente a la reciente crisis económica que ha llevado a Brasil a casi una recesión, cuando hace cuatro años exhibía un crecimiento anual de 7,5 %.

José Ángel Gutiérrez
joseangel@hispanidad.com