• El objetivo es conseguir un modelo como el de Telefónica o del Santander: fondos accionistas.
  • Se tranquilizan las relaciones con Caixabank y con Gas Natural.
  • En principio, no parece haber problemas para superar las condiciones suspensivas de la venta del GNL.
  • Y ahora quedan las preferentes.

El presidente de Repsol, Antonio Brufau (en la imagen), ha iniciado su reconversión accionarial, asignatura siempre pendiente. El modelo perseguido es el de Telefónica o Santander. Nada de núcleo duro: inversores financieros y, en cualquier caso, accionistas dispersos: lo mejor para no depender de nadie es depender de muchos. Así, a los tradicionales Caixabank, Pemex y Sacyr se une ahora un fondo soberano de Singapur, por aquello de darle una nota de color: Singapur Temasek. Eso sí, insistimos, soberano. Los inversores públicos siempre dan problemas. Ya sólo le falta un fondo del golfo pérsico y algún ruso (bueno, eso mejor no).

Todo ello dentro de una cierta pacificación con Caixa y Gas natural Fenosa. Los próximos consejos de GNF se presentan suaves.

Ahora bien, quedan dos asignaturas pendientes: en primer lugar superar -es lo más probable- las poderosas cláusulas suspensivas impuestas por Shell en la compra del GNL y, sobre todo, acabar con el problema de las preferentes, más de 3.000 millones de euros en juego.

Pero la reconversión accionarial ya ha comenzado.

Miriam Prat

miriam@hispanidad.com