Parecen muchos cuatro dirigentes para sustituir a Yasir Arafat, por muy líder histórico que sea. Lo cierto es que el "rais" palestino, como otros muchos mandamases de la política y la empresa, aplicaban el viejo aforismo : "Después de mí, el diluvio", por lo que no se preocupó de nombrar sucesor. Arafat murió en la madrugada del jueves 11 en París, cuando ya se había excavado su tumba en Palestina y preparados sus funerales en Egipto.
Inmediatamente,
Queda, naturalmente, el problema de Jerusalén. Aquí los palestinos no aceptarán otra cosa que una capital compartida, previsiblemente con una fuerza multinacional encargada de guardar el orden.