Es fantástico que Apple presente una nueva gama de modelos de iPhone, cada vez más perfectos, o que haya ingeniado el primer reloj pulsera inteligente de la historia (como mil aplicaciones para todo). Eso es lo que ha ocurrido en Cupertino (EEUU).
Pero más importante que eso es que la gente no confunda la felicidad, a la que siempre puede aspirar, con el 'inmejorable' diseño o las impresionantes prestaciones de esos 'aparatitos', confiriéndoles un sentido de finalidad de no tienen. La tecnología es un medio únicamente -además de una prueba de la capacidad del hombre para pensar-, pero nunca un fin en sí mismo. Es lo que sucede cuando, en la vida cotidiana, todo se supedita a esos aparatitos. Del consumo al consumismo, de la libertad a la dependencia.
Hispanidad
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