- La prensa madrileña y nacional aplaude el compromiso de Industria, mientras la aragonesa habla de "la muerte" del sector.
- Para los sindicatos este compromiso es irónico: el Gobierno envió a Bruselas el Plan de Cierre de la Minería.
- Desde 2013 las ayudas se reducen gradualmente, aunque hay otras adicionales para compensar la diferencia de precio con el carbón internacional.
- Pero estas últimas están condicionadas: deberán devolverse si en 2018 no cesan su actividad.
- Y mientras. las eléctricas siguen sin comprar el carbón nacional, que ha perdido competitividad frente al internacional.
En España, hace tiempo que el
carbón se ha convertido en un
sector eutanásico que sólo resiste en unas pocas regiones (Castilla y León, Asturias y Aragón), aunque se acerca su fin. Desde 2013 vive una lenta agonía, con
ayudas mínimas y fecha de caducidad con un plan de
cierre irrevocable en 2018.
El pasado jueves, se produjo la
firma del Convenio Marco de impulso económico a las comarcas mineras entre Industria y la Junta de Castilla y León. En la reunión entre el ministro de Economía y de Industria y Energía en funciones,
Luis de Guindos, y el presidente de la Junta,
Juan Vicente Herrera, llegaron a varios acuerdos. Entre ellos, la publicación el pasado 9 de septiembre de la Decisión de la Comisión Europea, de 27 de mayo, que posibilita una nueva
ayuda adicional para producciones de carbón, tanto de minería subterránea como a cielo abierto, para el periodo 2016-2018.
Una firma que fue tratada de forma diferente en la prensa. Por un lado, la madrileña y la nacional aplaudieron el "compromiso" de Industria, mientras la aragonesa habló de "la muerte" del sector de la minería. En concreto,
Diario de Teruel aludió a los
sindicatos, que tildaron el compromiso de "irónico", ya que el Gobierno envió a Bruselas el Plan de Cierre de la Minería hace unos años, sin contar con la patronal ni con ellos.
A partir 2013, las ayudas a unidades de producción
subterráneas se van reduciendo gradualmente desde los 30 euros por tonelada a un ritmo de cinco euros cada año hasta llegar a los cinco en 2018. Claro que la situación es más delicada para la producción
a cielo abierto, que paradójicamente es mucho más rentable: hace tres años la ayuda era un euro por tonelada, bajó a 50 céntimos en 2014 y se extinguió a finales de ese año.
Dichas ayudas se enmarcan en el cese ordenado de actividades mineras no competitivas previsto para 2018. Sin embargo, Industria ha admitido que se ha producido una "brusca caída" de la cotización internacional, la cual ha causado:
pérdida de competitividad del carbón nacional frente al importado, descenso significativo de la producción y un proceso acelerado de cierres en el sector.
Para intentar paliar esta situación y compensar la diferencia de precio con el carbón internacional, el Gobierno podrá dar una ayuda adicional. Pero ojo, porque dicha ayuda está condicionada:
debe devolverse si en 2018 no cesan su actividad, incumpliendo por tanto el plan de cierre autorizado por Bruselas. Y a todo esto se une el hecho de su poca utilidad, pues l
as eléctricas siguen sin comprar el carbón nacional, según denuncian los sindicatos, prefieren el internacional (más competitivo en precio).
Cristina Martín
cristina@hispanidad.com