- La fórmula barajada hace meses por los socialistas vuelve a estar encima de la mesa.
- La tarea quedaría encomendada en primer lugar a los siete que integran la dirección del grupo parlamentario.
- Pero habría que sumar otros cuatro, que podrían designar directamente por Guillermo Fernández Vara y Javier Fernández.
El presidente del Gobierno español en funciones,
Mariano Rajoy, dijo ayer jueves que no pondrá condiciones al
PSOE para negociar su investidura y evitar así el "disparate" de unas terceras elecciones generales en un año, recogen agencias.
Rajoy, que necesita al menos la abstención de los socialistas para encabezar un segundo mandato del
Partido Popular, dijo que su prioridad seguía siendo un gobierno de coalición o un pacto con el PSOE que incluya grandes áreas de gobierno.
Y desde el
PSOE, Javier Fernández, presidente de la gestora que dirige el partido, dio a entender que le parece "razonable" la afirmación de
Mariano Rajoy de que no va a poner condiciones a los socialistas para aceptar su investidura. Y avisó de que esa estabilidad que busca el PP "tendrá que buscársela día a día" y "ganársela" a través de la negociación y los pactos en el Congreso. Fernández ha confirmado hoy viernes que han comenzado los contactos.
Así que las informaciones políticas apuntan hacia una investidura de Rajoy, con permiso del PSOE, pero con alguna fórmula que
disimule posibles indisciplinas de voto por parte de diputados socialistas.
Y es que, por ejemplo, ocho representantes del
PSC, con Miquel Iceta a la cabeza, o la diputada por Zaragoza Susana Sumelza, han dejado claro que no se abstendrán.
En ese contexto, la solución que ya se barajó hace meses, la de una abstención mínima, vuelve a estar encima de la mesa. En este caso, apadrinada por el presidente de la Junta de Extremadura,
Guillermo Fernández Vara, y el de la nueva gestora del partido, el asturiano
Javier Fernández. Se trata de designar a
11 diputados que serían los encargados de abstenerse, en tanto, el resto de compañeros, votaría no. 11 es el número mínimo para que una investidura de
Mariano Rajoy, en segunda votación, pueda prosperar, informa
Cinco Días.
La suma de los escaños del Partido Popular, de
Ciudadanos y de Coalición Canaria es de 170, mientras que la de sus opositores alcanza los 180. Rajoy necesitaría recabar apoyos (incluida la abstención) superiores a los votos en contra, que deben, por tanto, limitarse a 169 (los 180 de la oposición menos los 11 socialistas elegidos para abstenerse).
¿
Y quienes serían los encargados de hacer el trabajo sucio? Fuentes del PSOE creen que esta tarea se encomendaría en primer lugar a los
que integran la dirección del grupo parlamentario (descartado al presidente, cargo vacío tras la dimisión de
Pedro Sánchez). De esta manera, los abstencionistas serían el portavoz del grupo,
Antonio Hernández; el secretario general,
Miguel Ángel Heredia y los secretarios adjuntos: la diputada por Ciudad Real,
Isabel Rodríguez (que cambió de filas el pasado sábado al votar en contra de Sánchez); la diputada por Barcelona,
Meritxell Batet; José Luis Ábalos (Valencia);
Sofía Hernández (Baleares) y
Soledad Pérez Domínguez (Badajoz).
A estos siete (salvo algún rechazo, como el de Batet) habría que
sumar otros cuatro, que podrían ser designados directamente por
Vara y Javier Fernández, los barones encargados de dar la cara "en una cruzada instigada en buena medida por la presidenta de Andalucía,
Susana Díaz, que ha decidido ponerse de perfil de cara a resolver la investidura", aseguran fuentes políticas.
Hispanidad ya informó, cuando el secretario general era todavía Pedro Sánchez, de que hasta 26 diputados socialistas podrían haberle desobedecido para investir a
Rajoy mediante su abstención.
Andrés Velázquez
andres@hispanidad.com