• La compañía 'escapa', a base de adjudicaciones, de la directriz marcadamente bajista en bolsa.
  • El valor se recupera más de un 5%, aunque sigue en mínimos anuales, por un segundo proyecto en Chile (156 millones).
  • Pero el problema no son los contratos (en máximos) sino la debilidad de los márgenes y el deterioro de liquidez.
  • Y a eso se unen las dudas sobre la gestión de Ángel Antonio del Valle, yerno del principal accionista.
La compañía asturiana Duro Felguera se ha adjudicado un nuevo contrato, el segundo en dos semanas, en Chile. Es más cuantioso que el anterior: asciende a 175 millones de dólares (156 millones de euros) y consiste en desarrollar la ingeniería, suministro, construcción, comisionado y puesta en marcha de una terminal marítima offshore de regasificación de gas natural licuado. La empresa ha informado en esos términos a la CNMV. En bolsa se ha notado más que en el contrato anterior. El valor rebota más de un 5%, pero sigue en mínimos anuales (hoy a 2,34 euros y en febrero llegó a cotizar a 4,33). Desde enero pierde en torno a un 30%. Sólo a base de contratos resiste la directriz bajista con una pendiente muy empinada desde agosto, según los analistas. El nuevo contrato (con la empresa Octopus LNG) es más jugoso que el anterior (28,8 millones de euros, para modernizar el Puerto Ventanas), pero no disipa, como señalamos entonces, las dudas de fondo que laten sobre la empresa española de ingeniería, que se opusieron de manifiesto tras la marcha del financiero Andrés Giraldo. En los dos casos se trata de contratos llave en mano, en los que se ha especializado la sociedad, y es un nuevo paso en Chile, donde suma contratos en 285 millones de euros en el conjunto del año. La contratación juega a favor de Duro Felguera. En el primer semestre, su cartera está en máximos históricos (1.400 millones de euros frente a 1.162 millones en el mismo periodo de 2014, según los analistas del Sabadell). Ahora bien, esos contratos no dan mucho dinero. Por eso en sus cuentas semestrales aumentaba su cifra de negocios un 5,5% (392 millones), pero el beneficio caía un 75,8%, hasta 4,77 millones. Es el lado negativo de las cuentas: la debilidad de los márgenes a los que se une el deterioro de liquidez. A la salida del financiero Andrés Giraldo, se unen las dudas sobre la gestión de Ángel Antonio del Valle Suárez, presidente desde 2011, aunque llegó al cargo pero sin un apoyo muy entusiasta de su suegro y empresario gijonés Gonzalo Álvarez Arrojo. Rafael Esparza rafael@hispanidad.com