Francia -el país del defensor de la vida, el médico Jerome Lejeune, que se quedó sin Nobel por defender el derecho de los niños, especialmente los discapacitados, a nacer-, sigue dando pasos en contra de los más débiles, al igual que ya hiciera en vida del gran genetista francés, descubridor del síndrome de Down.

Porque ayer, la Asamblea Nacional francesa (cámara baja) aprobó iniciar un proceso para convertir el aborto nada menos que en un derecho constitucional, a iniciativa del partido La Francia Insumisa (LFI).

La propuesta ha contado con el apoyo de 337 diputados --entre los que se encuentran los de la coalición Renacimiento del presidente del país, Emmanuel Macron-- y el rechazo de otros 32, en su mayoría miembros de una dividida Agrupación Nacional, liderada por Marine Le Pen.

Para convertir finalmente el aborto en un derecho constitucional, el Senado debe aprobar sin cambios la propuesta de los diputados, que a continuación se sometería a un referéndum al tratarse de una iniciativa parlamentaria, recoge Swissinfo.

Para agilizar el trámite, el partido de oposición La Francia Insumisa (LFI, izquierda radical), llamó al gobierno del presidente Macron a presentar su propio proyecto de ley, ya que evitaría el referéndum.

El aborto fue despenalizado en Francia en 1975 por una ley promovida por Simone Veil. Esto lo presenció con gran dolor Jerome Lejeune.

La última modificación del aborto en Francia se produjo en marzo de este año, para extender los plazos hasta las 14 semanas.

Ya el presidente francés Macron anunció al inicio de la Presidencia francesa de la Unión Europea el 9 de mayo de este año en Estrasburgo, su intención de priorizar el aborto como parte de la Carta de derechos fundamentales de la Unión Europea.

El partido de oposición La Francia Insumisa (LFI, izquierda radical), llamó al gobierno del presidente Macron a presentar su propio proyecto de ley, ya que evitaría el referéndum

Como ha recogido Hispanidad, la Asamblea General de Naciones Unidas pretende declarar, de forma explícita, el aborto como derecho humano universal.

Es más: la ONU quiere que los gobiernos implementen el aborto dentro de los objetivos de igualdad de sexos y las metas del desarrollo sostenible, recogió también Hispanidad.

Todo lo cual traería la siguiente consecuencia: todo aquel país que defendiera la vida humana, desde la concepción hasta la muerte natural, dejaría de ser considerado democrático por el consenso del Nuevo Orden Mundial, que busca implantar el aborto y la ideología de género en todo el mundo.  

Si Lejeune levantara la cabeza, entre otras cosas les diría a los diputados franceses: “La calidad de una civilización se mide por el respeto que manifiesta a los más débiles de sus miembros”.

Cosa que no hacen con esta iniciativa de querer convertir el acabar con la vida de un bebé en el vientre de su madre en un derecho.

Esta civilización está enferma.