Empecemos por el final: la vicepresidenta tercera del Gobierno, ministra de Transición se ha convertido, por su talibanismo verde, que está dejando a Teresa Ribera en categoría de aprendiz, en el mayor obstáculo para la Transición energética.
Oiga, porque, si se trata de electrificar, las compañías eléctricas le recuerdan que nadie va a invertir en redes y que no prorrogar la energía nuclear es una estupidez propia de un talibán ecológico.
No ha podido quedar más claro durante el Congreso de la patronal eléctrica AELEC, celebrado en Madrid este miércoles 1 de octubre. Cuesta comprender cómo el Ministerio, por prejuicios ideológicos, muy sectarios, se niega a abordar la evidencia de que la inversión en redes es la clave del momento y, en segundo lugar, que es una estupidez enterrar todo el capital invertido en los reactores nucleares. Cerrar las 7 centrales españolas es, no sólo un derroche de capital y de capacidades humanas sino, poner en riesgo incluso el suministro energético actual y no digamos nada la reindustrialización pendiente de España.
Vamos por partes: AELEC aporta una conclusión primera, extraordinariamente relevante y extraordinariamente inteligible: los objetivos de la transición energética, tal y como está definida en este momento, están en grave riesgo de incumplimiento. Mejor: serán de imposible cumplimiento, al menos en lo referente al desarrollo y ecuación de las redes eléctricas de transporte y distribución, nudo gordiano actual de la electrificación de España.
Pero eso le resulta indiferente al secretario de Estado de Energía, Joan Groizard, quien abrió el Congreso exponiendo en su intervención una visión optimista, más bien ridícula, definida como “oportunidad de País”: ¡Toda va bien porque el gobierno lo hace muy bien!
Asegura, este otro talibán verde, que se ha creado un Grupo de Trabajo que definirá la planificación de las redes de Transporte y Distribución para el próximo quinquenio, en el que también participan las Comunidades Autónomas manifestando que las reuniones tripartitas celebradas con las CCAA, hasta el momento, han resultado satisfactorias.
Esto recuerda el chiste del camello: un caballo tras pasar por una comisión política.
En su intervención, el amigo Groizard desglosó los mismos datos que se presentaron el 12/09/25 en un acto celebrado con intervención de la Vicepresidenta tercera y el propio Secretario tomando como referencia que REDEIA había concedido acceso a la Red a 40GW que es aproximadamente la potencia máxima demanda en estos momentos. Es decir que con esta potencia, “cabe otra España”.
Visión optimista, que, casualmente, no es compartida por los representantes de las empresas distribuidoras, quienes indicaron que el 83% de los nudos susceptibles de dar acceso a las demandas de potencia ya están saturados y que todo el sistema de redes necesita una reestructuración... que no es posible con la actual regulación.
Hablando de comunidades autónomas: también participan de esta valoración los directores de los departamentos de Energía y minas de las cuatro Comunidades: Extremadura, Asturias, Aragón y Andalucía. Todos ellos, populares y socialistas, se lamentan de la situación actual que, atención, impide su desarrollo económico, al no poder aceptar importantes inversiones que llaman a su puerta, por falta de conexión a la Red de Distribución. Inversiones que cuantifican en 70.000 millones de Euros.
En resumen, el Ministerio se está comportando como un activista verde, más pendientes del planeta -y seguimos sin tener claro lo que eso significa- mientras bloquean inversiones productivas y semiparalizan el urgente proceso de reindustrialización de España.
Un ejemplo: si la “electrificación” significara la introducción masiva de bombas de calor en los domicilios, la red ciudadana de baja tensión actual no lo soportaría.
Más: el representante de Extremadura comenta que el cierre de la nuclear de Almaraz, además de suponer una destrucción de capital, hace poco entendible que Extremadura, que exporta la mayor parte de producción eléctrica, tenga problemas para facilitar la conexión a la red de las empresas que así lo solicitan.
Más: todos los propietarios responsables de las redes de distribución, indican en sus intervenciones, con sorprendente unanimidad, que el límite de las inversiones establecido para las Redes de Distribución es insuficiente para cumplir los objetivos de electrificación previstos en el PNIEC, incluso elevándolo a 0,13% del PIB nacional.
Más grave todavía es lo referente a la retribución, si se mantiene lo previsto por la CNMC en el Decreto, actualmente en fase de información, que establece una retribución financiera máxima del 6,46% para los recursos propios: con esa racanería nadie piensa invertir en redes de distribución, ni para atender las demandas de conexión ya existentes ni para las derivadas del proceso de electrificación previsto. La media de retribución en la UE está en el 7,5%.
En el Congreso, sorprendentemente, no participó ningún representante de REDEIA, responsable de la Gestión y Operador de la red de Transporte, cuando el congreso está dedicado a las redes eléctricas de transporte y distribución y REDEIA es el principal agente. ¿Por qué? A lo mejor porque es el principal responsable del apagón general del 28 de abril.
El representante de la portuguesa EDP, Pedro Vasconcelos, aseguró la voluntad de inversión de las empresas distribuidoras, pero se encuentran limitados, además, de por el límite de las inversiones por la imposibilidad de retorno, así como otras limitaciones adicionales: falta de incentivos para acometer instalaciones de almacenamiento con baterías, una actividad indispensable para garantizar un adecuado funcionamiento, como se puso de relieve en el apagón del 28 abril, incentivos para la adecuación tecnológica de las instalaciones existentes, y un problema no menor: la falta de personal adecuadamente formado.
Iberdrola España, con su CEO, Mario Ruiz Tagle, coincidió en que el desarrollo de las Redes es una “oportunidad de País”, no solamente por lo que significa energéticamente sino por su efecto inducido en la actividad industrial, por el incremento inversiones en bienes y servicios del esfuerzo de desarrollo e innovación de los equipos necesarios para poner al día nuestra industria, pero rectificó al secretario de Estado. Con esta remuneración, no es posible. Añadido: la “electrificación” de procesos y sistemas, adecuadamente desarrollada y gestionada, puede ser un factor de competitividad para el país ya que nuestros costes y precios podrían ser hasta un 30% inferiores a los de otros países de la UE. Pero nadie quiere potenciar las redes de transporte y distribución perdiendo dinero.
Conclusión: hay un cuello de botella en la Red de Transporte y Distribución. Es absolutamente necesario facilitar incentivos fiscales para un correcto desarrollo de las Redes y su adecuación a las nuevas tecnologías de almacenamiento y gestión. Una frase para el recuerdo... de Sara Aagesen: “Hay que premiar y no castigar.”
También estuvo Endesa. Su responsable de Regulación, Pepe Casas, personaje en alza, incide en los mismos temas con algunas precisiones, como el Decreto de retribución de recursos propios que va en la buena línea al elevarlas 6,46% pero muy lejos de la media de retribución en la UE, 7,5% por lo que si aspiramos a tener un Mercado Único de la electricidad, como impulsa la Comisión de Ursula Von der Leyen, dejaremos de ser competitivos.
Más asignaturas pendientes para un Ministerio-desastre: es necesaria una auténtica reforma estructural del sistema eléctrico, que incluya el almacenamiento y la introducción de las nuevas tecnologías para la operación y gestión del sistema, para lo que es imprescindibles recibir incentivos gubernamentales, como ocurre en otros países de la Unión.
Criticas también para la CNMC, presidida por Cani Fernández. Las propuestas de la CNMC deben alinearse con la política energética. Y con la práctica de otros países de la UE.
La propuesta de retribución que la CNMC propone elevar hasta el 6,46% pero debería incrementarse hasta un 7,5% en línea con la UE. “No podemos quedarnos atrás”.
El mejor resumen vino a cargo del presidente de CEOE, Antonio Garamendi, pide un “marco regulatorio estable” y seguridad jurídica para las empresas. Vamos que Aagesen además de talibán verde es un poco bananera. Más facilidades, también administrativas, para la conexión de la Industria a las Redes y garantizar futuras inversiones. Los talibanes ecologistas adoran la burocracia.
Acabemos con la otra gran conclusión del Congreso AELEC: sí, es necesario que el gobierno diga de una vez qué va a hacer con las centrales nucleares. No se pueden destruir inversiones de capital útiles y seguras para sustituirlas por otras menos eficientes y más caras.
Conclusión última: Sara Aagesen, vicepresidenta de Transición se convierte en el mayor obstáculo para la transición energética.