Como la Telefónica de Marc Murtra sea el ejemplo de buena gestión empresarial del Sanchismo, que ahora controla la operadora, 'estamos apañaos'.
Telefónica camina a la deriva, cuesta abajo y sin frenos. El día 4 se presentará el plan estratégico o similar. Estamos a 23 de octubre y nadie tiene claro qué van a contarle al mercado. Por ahora, no hay ninguna idea firme pero sí muchos problemas firmes.
La gestión del presidente Marc Murtra y del consejero delegado Emilio Gayo, sanchista el uno, zapatista el otro, bajo el asfixiante control del hombre de ZP, Javier de Paz, ha sido errática pero, sobre todo, peligrosa. De entrada, es posible que la cuenta de resultados del tercer trimestre también acabe en pérdidas y si el cierre de fin de año deriva en números rojos, Telefónica podría terminar en una bajada de rating, lo que más se teme en el Distrito C.
Así, Murtra está lanzando cortinas de humo sin cesar, para ocultar su inacción, que amenaza ruina. Al igual que su jefe, Pedro Sánchez, que cuando se ve acorralado por la corrupción lanza la audaz propuesta de terminar con el cambio horario en Europa. Liderazgo, puro liderazgo.
Pero las cortinas cada vez deben resultar más llamativas porque no logran ocultar que las cosas en la Telefónica de Marc Murtra y Emilio Gayo, van de mal en peor. Y recuerden que Murtra es presidente desde mediados de enero. Es decir, que se trata de su primer ejercicio y no puede alegar que es un novato.
Orden en Telefónica de España: hay que vender todo lo que se puede vender. El abandono de Hispanoamérica genera menos ingresos y más apalancamiento por la reducción del perímetro. A la postre, nula capacidad de inversión
Por partes, Reino Unido, bloqueado y con ingresos menguantes. Dos socios al 50%, ni uno quiere comprar al otro ni el otro al uno pero, sobre todo, lo que preocupa es el estancamiento de ingresos frente a un Vodafone muy potente en Gran Bretaña y una British Telecom empeñada en recuperar su antiguo esplendor.
Alemania: se anuncia la compra de 1&1, otro 'bluf', parecido a la compra de Vodafone España. La primera operación es imposible -al menos, si hablamos de compra pura y dura-, la segunda ya ha servido, con su simple anuncio, para inflar Zegona en Bolsa. Además, Telefónica sólo obtendría con ello un aumento de apalancamiento a cambio de... más clientes para Digi o para Masorange.
Y todo ello con el peligro de más números rojos del Grupo en el tercer trimestre y vértigo, verdadero pavor, ante una posible bajada del rating. Desde luego, pensar ahora en una ampliación de capital parece locura. Ni los ingresos de lo que hoy funciona ni los proyectos para el futuro, por ahora inexistentes, con ninguna inversión prevista, convencerían al mercado.
En el entretanto, Javier de Paz asegura que a Zapatero sólo le conoce... de vista. Sale del Consejo pero refuerza su posición en la dirección. Ni a Washington ni a Bruselas les va a gustar esto pero, por si acaso, Marc Murtra se confiesa ahora sanchista de toda la vida
Más. Telefónica de España funciona... aproximadamente. Así que la orden es desmantelar la unidad. Si lo prefieren, en más finolis: vender todo aquello que se pueda vender. Tantos años para recuperar una Telefónica de España rentable y ahora, ante la urgencia de liquidez, se le amenaza con ventas indiscriminadas.
Hispanoamérica: se está vendiendo en el peor momento. El abandono de Hispanoamérica genera menos ingresos y más peso de la deuda. Natural: si los ingresos para pagar la deuda no disminuyen pero sí el perímetro, a la postre, menor capacidad de inversión.
¿Reducir plantilla? Pero si la decisión de despedir a 6.000 trabajadores tuvo que ser enmendada en horas porque Sumar, y lo que es más grave, CCOO y UGT, se pusieron en pie de guerra.
Y la guinda: el fantasma de Zapatero, persona non grata ni en Washington ni en Bruselas, debido a sus amistades peligrosas: los chinos de Huawei y los venezolanos de Nicolás Maduro. Los primeros siguen trabajando para el Gobierno español y para Telefónica. El segundo, Venezuela, es el único país de Iberoamérica en el que la Telefónica de Murtra está dispuesta a comprar pero no a vender.
Ventas que, encima, se desarrollan en medio de pérdidas contables y en el momento menos apropiado, dejando el terreno libre al competidor Carlos Slim.
En el entretanto, Javier de Paz asegura que a Zapatero sólo le conoce... de vista. Eso sí, sale del Consejo pero refuerza su posición en la dirección. Ni a Washington ni a Bruselas les va a gustar esto, saben que es una trampa, que De Paz sigue siendo la larga mano del Zapaterismo pero, por si acaso, Marc Murtra se confiesa sanchista de toda la vida... que no es lo mismo que zapatista.