Una vez más, en Hispanidad, hay que hablar de la burbuja especulativa con las energías renovables que hay en España y que es doble: ya no sólo hay operaciones de compra y venta donde abundan los fondos dispuestos a sacar rédito, sino que también hay múltiples compañías del sector cotizando en bolsa donde se anotan sonoras alzas y caídas. Un buen ejemplo de esto se puede ver en Solaria y en sus muchos vaivenes bursátiles: cae más de un 6% desde el lunes 30, pese a haber disparado beneficio neto, Ebitda e ingresos en el primer trimestre.

La compañía líder en generación solar fotovoltaica tiene como principal accionista a la familia Díaz-Tejeiro a través de DTL Corporación SL, que controla un 39,96% del capital. Le siguen a gran distancia varios fondos de inversión: BlackRock, el colonizador del Ibex, con un 3,821%; el alemán DWS Investment, con un 3,326%; Mirova, filial del banco corporativo y de inversión francés Natixis, con un 3,001%; la gestora de inversión independiente Invesco, con un 1,990%; ZP Master Utility Fund -operado por Zimmer Partners-, con un 1,816%; Ishares Trust, con un 1,511%; y Odey Asset Management, con un 1,41%; entre otros. Además, entre los seis miembros de su Consejo de Administración, está el presidente de la compañía, Enrique Díaz-Tejeiro Gutiérrez, como consejero dominical; y dos de sus tres hijos: José Arturo Díaz-Tejeiro Larrañaga, vicepresidente primero y consejero delegado; y Miguel Díaz-Tejeiro Larrañaga, vicepresidente segundo; ambos con categoría de consejeros ejecutivos. 

Sigue con su plan de crecimiento en España, esperando cerrar este año con 2.000 megavatios (MW) operativos y un número relevante en construcción, sin dar cifra porque los cuellos de botella continúan en la administración local española y no son optimistas sobre una posible solución al respecto. Iberdrola también se queja de estos cuellos de botella en los permisos

Tras haber cerrado 2021 con notables aumentos de beneficio neto, resultado bruto de explotación (Ebitda) e ingresos, Solaria ha empezado bien este año. En concreto, ha ganado 20,5 millones de euros en el primer trimestre, un 98% más que hace un año, por tanto casi el doble; ha disparado el resultado neto de explotación (Ebit) un 85%, a 27,73 millones; y el Ebitda, un 70%, a 33,07 millones. Por su parte, la facturación ha ascendido a 36,46 millones (+59%) y el importe neto de la cifra de negocios, a 32,65 millones (+74%).

Solaria presume de haber cumplido el plan de negocio marcado y de la mayor producción de energía gracias a las nuevas plantas conectadas, así como de su optimización de gastos. Eso sí, el mercado -y por tanto los inversores- no ha aplaudido las cifras: la cotización cayó un 4,89% el lunes 30, siendo el valor más bajista del Ibex, y este martes 31, bajaba más de un 2,6% en las primeras horas de la sesión, pero después ha relajado el descenso al 1,28%, por tanto, una caída superior al 6% en los últimos dos días, aunque acumula una revalorización de casi el 35% en el último año y del 25,5% desde el pasado 1 de enero; y también presume en sus resultados de que desde marzo de 2021 sube un 13% frente al Ibex (-2%) y las utilities del índice europeo Stoxx 600 (+2%). Claro que en las caídas en el parqué de Solaria en los últimos días puede que hayan influido el aumento del pasivo (+7%, a 1,09 millones, por el incremento de la deuda financiera con entidades de crédito por el avance de la construcción de nuevos parques y el aumento de los arrendamientos) y también algunos comentarios realizados en la presentación de resultados.

La cotización de Solaria baja en los últimos dos días, aunque acumula una revalorización del 34% en el último año y del 24% desde el 1 de enero; además presume en sus resultados de que desde marzo de 2021 sube un 13% frente al Ibex (-2%) y las utilities del índice europeo Stoxx 600 (+2%)

 

Solaria ha anunciado que sigue con su plan de crecimiento en España, esperando cerrar este año con 2.000 megavatios (MW) operativos y un número relevante en construcción, sin dar cifra porque los cuellos de botella continúan en la administración local española y no son optimistas sobre una posible solución al respecto. La cifra de MW operativos es inferior a la esperada por los analistas del Banco Sabadell (2.439 MW) y conviene destacar que Solaria no es la única que ha advertido de problemas en la tramitación de las renovables: también lo ha hecho Iberdrola recientemente en el Foro de Davos, entre otras.

Ante escenario, la compañía que controla la familia Díaz-Tejeiro ha anunciado que amplía su objetivo de crecimiento de 3 a 5 gigavatios (GW) para 2030 en Italia y que entrará en Alemania por su “enorme potencial de crecimiento” y su apuesta por la energía solar (aspiran a 215 GW en 2030). Asimismo, Solaria apuesta por entrar en generación eólica, considerando la instalación de 1.200 MW hasta 2030 en España, aprovechando la ubicación de sus plantas fotovoltaicas en áreas de gran potencial eólico para hibridar los proyectos en que sea posible. Además, reforzará su apuesta por el control y la compra de terrenos en Europa al crear la compañía Generia, dado que terreno será un bien escaso y estratégico para el desarrollo de renovables en la próxima década y así trata de asegurárselo mediante compra o alquiler, como han destacado los analistas del Banco Sabadell, con un objetivo es de 100.000 hectáreas para 2027 con contratos a 30 años indexados a la inflación, con un importe de 2.500-3.000 euros por hectárea al año.