Es el santo al que Dios hizo justicia en vida frente a una terrible calumnia. Narciso, que nació a finales del siglo I, corresponde a la tercera generación de cristianos, que fueron formados en el cristianismo por los inmediatos sucesores de los Apóstoles. Es el decimoquinto Obispo de Jerusalén, según Eusebio de Cesarea, y presidió un sínodo para unificar la fiesta de celebración de
Escribe el hagiógrafo F. Pérez, comentando la vida de este santo: "El vicio capital de la envidia presenta un cuadro de tristeza permanente ante la contemplación de los bienes materiales o morales que otros poseen. En lo moral, es pecado, porque la esencia o núcleo de la caridad es amar y, que cuando se ama, hay alegría con la contemplación de los bienes del amado. El envidioso vive acongojado –casi sin vida- por el bien que advierte en el otro y que él anhela tener. En ocasiones extremas puede llegar a convertirse en una anomalía psíquica peligrosa ya que lleva a la ceguera y desesperación cuyas consecuencias van de la maledicencia al crimen, pasando por la calumnia y la traición; … Ayer y hoy hubo y hay envidiosos. A los prójimos toca sufrir pacientemente las consecuencias, sin olvidar que la envidia fue la causa humana que llevó al Señor al Calvario".
(Las fuentes principales, que no las únicas, de las que se han tomado los datos para redactar
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Libros: Los clásicos de siglos pasados de Santiago de
Pilar Riestra