El evangelista San Lucas, dice de San Bernabé que: "…era un hombre bueno, lleno del Espíritu Santo y de fe" (Act 11,24). Era judío procedente de Chipre y quizá se convirtió en tiempos de Jesucristo y formó parte de los setenta y dos discípulos. Lo que primero destaca el Espíritu Santo a través de San Lucas, es: "Así, José, a quien los Apóstoles dieron el sobrenombre de Bernabé –que significa Hijo de la consolación-, levita, chipriota de linaje, como poseyese un campo, lo vendió, trajo el dinero y lo puso a los pies de los Apóstoles" (Act 4, 36-37). Como se ve, la generosidad, aun la puramente económica, es enormemente agradable a Dios y fuente de gracia. Posteriormente Bernabé predicó en Antioquía. Allí entró en contacto con San Pablo, por quien salió garante ante los apóstoles y demás cristianos que miraban con desconfianza y miedo a aquel Pablo que tan sañudamente les había perseguido. Acompañó a San Pablo en su primer viaje apostólico, e intervino en el Concilio de Jerusalén. Murió apedreado, hacia el año 63, cuando predicaba en Salamina a los judíos.
Además de la generosidad económica, la enseñanza que
(Las fuentes principales, que no las únicas, de las que se han tomado los datos para redactar
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Libros: Los clásicos de siglos pasados de Santiago de
Pilar Riestra