La cosa es seria, la Flotilla de la Libertad está en crisis. El coordinador Khaled Boujemâa anunció ayer lunes que había desertado en protesta por la participación de miembros de la comunidad LGTBIQ al frente de la flotilla. "Nos mintieron sobre la identidad de algunos de los participantes al frente de la flotilla; acuso a los organizadores de ocultarnos este aspecto", se quejó en directo en redes sociales desde el puerto de Bizerta.

La causa, en particular, es la participación en la flotilla de Saif Ayadi, que se presenta como "activista queer". La orientacióon sexual de cada "persona es un asunto privado […]. Pero ser activista “queer” implica tocar los valores de la sociedad y tomar un camino que corre el riesgo de poner a mis hijos y seres queridos en una situación que rechazamos. Me niego a que le ofrezcan a mi hijo un cambio de sexo en la escuela… No perdonaré a quienes nos pusieron en esta situación; tendremos que hablar de ello porque a algunas personas les gusta cruzar la línea roja o ya la han cruzado. Hago un llamamiento a todos para que salven la situación y reparen el error cometido contra quienes dieron su sangre para que esta flotilla pueda ver la luz". 

Como lo leen, y no se lo tomen a broma, el coordinador de la flotilla abandona porque hay activistas LGTB en la misión y eso va contra los "valores sociales y culturales de Palestina". ¿Quién podría habérselo imaginado? Ya lo dijo la diputade de Más Madrid, Jimena González, trans, política y académica, ella temía más a los soldados de Israel que a los Palestinos. Desde Hispanidad intentamos aclarárselo, la homosexualidad y la transexualidad están castigadas con pena de muerte en la ley islámica. 

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Pero elle no lo veía, se sumaba a la Flotilla "como feminista y como mujer trans". Ahora, Khaled confirma lo dicho desde este medio, confiemos en la grumete Ada para poner orden.