"Como un eco persistente, las palabras odio, religión, fe y cristianismo se han escuchado una y otra vez en el funeral", "Trump despide a Charlie Kirk como a un mártir en un memorial entre la religión y la política:"... ¡Aaahhh! ¡Qué horror! El revuelo entre la prensa progresista es más que patente, ¿el motivo? En un funeral se habló de Dios... fíjense qué cosas. Encima no era un funeral cualquiera, sino el del 'líder ultraderechista' Charlie Kirk. Pero, comencemos por el principio.

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En el estadio de fútbol americano de los Arizona Cardinals, en Glendale, a las afueras de Phoenix (Arizona), y apenas once días después del asesinato de Kirk, miles de sus seguidores se congregaron para rendirle homenaje. No faltó ni un solo miembro de la Administración Trump, ni ningún líder de los republicanos, y todos ellos hablaron de Kirk y, por tanto, de su fe, algo que ha estremecido a los medios españoles. 

"Fue un terrible atentado contra los Estados Unidos de América. Fue un atentado contra nuestras libertades más sagradas y nuestros derechos fundamentales, otorgados por Dios. El arma estaba apuntada contra él, pero la bala iba dirigida contra todos nosotros, contra cada uno de nosotros", dijo Trump que aseguró que Kirk "Ahora es un mártir de la libertad americana". El presidente afirmó que, además de su compromiso de "devolver la grandeza a Estados Unidos", también buscaba "traer de vuelta a Dios al país". Algo terrible, qué duda cabe. 

En la misma línea, hablaron Elon Musk o el secretario de Estado, Marco Rubio, jefe de la diplomacia de la primera potencia mundial. El dueño de Tesla aseguró que “Charlie fue asesinado por la Oscuridad por mostrarle a la gente la Luz”. El Vicepresidente Vance fue a más, reconociendo que, si bien en ocasiones le daba vergüenza hablar de su fe, gracias a Kirk en estas semanas no había parado de hacerlo. 

También intervino su viuda, Erika Kirk, quien con una frase describió a la perfección la hipocresía de la izquierda: “Tras el asesinato de Charlie, no vimos violencia. No vimos disturbios. No vimos revolución. En cambio, vimos lo que mi esposo siempre oró por ver en este país: un avivamiento”. "Vimos a gente rezar por primera vez desde que eran niños, abrir una Biblia por primera en una década".

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Y más importante, perdonó al asesino de su marido: "Mi esposo Charlie... quería salvar a jóvenes como el que le quitó la vida... ese joven... Lo perdono. Lo perdono porque fue lo que hizo Cristo y es lo que Charlie haría”. “Que ese milagro que fue la vida de Charlie sea también tu punto de inflexión: Elige la oración. Elige la valentía. Elige la belleza. Elige la aventura. Elige la familia. Elige una vida de fe. Y, sobre todo, elige a Cristo”.

El gran resumen de este acto de despedida lo hace la Primer Ministro de Italia, Giorgia Meloni: "Las imágenes del funeral de Charlie Kirk hablan por sí solas: las palabras de perdón de su esposa, la reacción serena de una comunidad que oraba, los cantos, las decenas de miles de personas presentes. Un mensaje poderoso para todo el mundo: el odio y la violencia política se pueden contrarrestar con la fuerza del amor, la fe y la libertad. Y Charlie seguirá viviendo como símbolo de lo que siempre ha defendido: la confrontación y la libertad".