Hispanidad viene denunciando el chantaje al que está sometiendo la UE, y en concreto la Comisión Europea, a Polonia y a Hungría por ser países que defienden sus raíces y su cultura cristiana. Polonia, como Hungría, se opone al aborto, a la agenda LGTBI y a la imposición de la ideología de género. En otras palabras, ni el gobierno polaco ni el húngaro, elegidos democráticamente, están poniendo en peligro la democracia de sus países. Al contrario, son los únicos que están defendiendo los auténticos valores cristianos que inspiraron la creación de la UE.

Como recogió Hispanidad, un capítulo de ese chantaje y amenaza fue cuando el Tribunal de Justicia de la UE dictaminó que las reformas judiciales emprendidas de manera legítima por el Gobierno polaco podían suponer una violación de las leyes comunitarias. A lo que el Tribunal Constitucional polaco respondió resolviendo que la legislación nacional polaca prevalece sobre la europea. En concreto, el Constitucional polaco avaló la reforma judicial de su Gobierno, en contra de las presiones de Bruselas.

Ante ello, la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, amenazó en octubre al primer ministro polaco, Mateusz Morawiecki, con que tomará medidas para proteger los derechos fundamentales de los polacos tras la sentencia del Tribunal Constitucional que puso en duda la primacía del Derecho comunitario.

Pues bien: finalmente, la Comisión Europea ha abierto expediente a Polonia, al considerar que su Tribunal Constitucional no cumple con los requisitos para ser considerado "independiente e imparcial”.

Ahora, el Gobierno polaco tiene dos meses de plazo para responder y tomar medidas que puedan enmendar la controvertida sentencia. En caso de que un Estado miembro no haga los cambios solicitados por el Ejecutivo comunitario, puede terminar en manos del Tribunal de Justicia de la UE (TJUE), apunta El Confidencial.

Morawiecki ha reivindicado el derecho de los Estados miembro a legislar sobre ciertos temas y ha lamentado que la Comisión Europea tienda hacia el "centralismo"

Sin embargo, el primer ministro de Polonia, Mateusz Morawiecki, ha criticado el expediente abierto por la Comisión Europea y ha defendido la independencia del Tribunal Constitucional polaco frente al "centralismo" que, en su opinión, se promulga desde Bruselas.

El primer ministro polaco ha esgrimido que el Constitucional ha mostrado "continuidad" en su jurisprudencia, con fallos que ya apuntaban en sentido similar y que se remontarían hasta a 2005.

El primer ministro ha recalcado que la Constitución es la "ley suprema" en Polonia y ha acusado al Ejecutivo comunitario de malinterpretar el artículo del Tratado que establece el reparto de competencias, lo cual considera un "problema" para Bruselas, informa la agencia de noticias PAP.

En este sentido, ha reivindicado el derecho de los Estados miembro a legislar sobre ciertos temas y ha lamentado que la Comisión Europea tienda hacia el "centralismo", una tesis que Polonia comparte en estos últimos meses con Hungría, señalada igualmente por medidas consideradas antidemocráticas o contrarias al Estado de Derecho.