Consejo de Ministros del martes 7 de octubre: Pilar Alegría, Óscar López, Mónica García y Diana Morant. Y fíjense ninguno de los cuatro recuerda el aniversario de la Batalla de Lepanto y mucho menos la festividad de Nuestra Señora del Rosario.

Tampoco recuerdan el feroz atentado de Hamas de hace dos años, con 1.250 judíos asesinados y 250 secuestrados, con degollaciones, violaciones y asesinato de bebés. ¡Qué raro! 

Óscar López ni tan siquiera se preocupa de mencionar el asunto del año: la inteligencia artificial de Google, el mejor amigo del Sanchismo, está aniquilando a la prensa española. 

Pero no, López, una cabeza bien amueblada,  nos anuncia otro engaño: cuarto plan de Igualdad de Género en la Administración del Estado: 45 medidas. Estudios de la brecha de género, medidas contra el acoso sexual. España, señoras y señores, encabeza los ranking de democracia: ¡Viva la trasparencia!

Don Óscar entra en trance cuando nos habla de gobierno abierto, que este año preside España, otra tontuna internacionalista, con Cumbre en Vitoria incluida. 

A mí lo del gobierno abierto me suena a la mente abierta. Según Chesterton tener la mente abierta es como tener la boca abierta: un signo de estupidez, la mente, como la mandíbula sólo se abre para cerrarla de inmediato sobre algo consistente. 

Para que lo entiendan: el Gobierno abierto significa más burocracia.

Por cierto, cuando un periodista le pregunta a don Óscar si se va a regular la figura de la esposa del presidente del Gobierno, don Óscar se lía para, creo, asegurar que no es necesario. ¡Pues menos mal que no lo es!

Las universidades norteamericanas son privadas y son las mejores del mundo. Pero Diana Morant quiere acabar con los centros privados por su escasa calidad... y porque son para ricos

Y entonces llega algo que no tiene tanta gracia. Llega Mónica García, señora de la muerte, para hablarnos del "derecho al aborto", tan orgullosa de que se hayan perpetrado 106.000 abortos quirúrgicos en España durante 2024.

Su mensaje, tirando a repugnante, no habla del niño que se mata, sólo de que la mujer que le mate tiene derecho a hacerlo en un centro público. ¿Y a mí qué mas me da que le maten en un centro privado o en uno público? El caso es que le matan. 4 de cada cinco abortos se perpetran en la privada... pero el concebido y no nacido muere en los cinco casos. 

Además, si abortas en un centro privado te cobran pero luego la comunidad autónoma te devuelve de inmediato lo pagado al matarife privado. 

Y lo peor es que en el PP, claro tampoco defienden al más inocente y más indefenso de todos los seres humanos: el concebido y no nacido. A lo mejor es que teme que Memami (médico, madre y ministro) les llame 'fanáticos'. 

Moni también habla de abortos farmacológicos: otra mentira, porque todos los anticonceptivos que se venden hoy en la farmacia son potencialmente activos: actúan antes y después de la concepción. 

Este país de homicidas empieza a dar un poco de asco.

Aún tiene tiempo la titular de Sanidad para dar cuenta de otra limosna progre: 100 euros para comprar gafas para los menores de 1 año. Digo limosna porque con 100 euros no compras unas gafas graduadas ni de broma. En cualquier caso, la mejor subvención pública es la que no existe. 

Y luego el toque progre: el Gobierno legalizará los preparados de cannabis. "alternativa terapéutica con toda evidencia científica", repite la reina del tópico.

Cannabis medicinal. ¿Es imprescindible? No, hay analgésicos de sobra... pero encima normaliza la droga blanda, de venta libre en buena parte de Europa.

El Gobierno legaliza el cannabis medicinal. ¿Es imprescindible? No, hay analgésicos de sobra... pero encima normaliza la droga blanda, ya de venta libre en buena parte de Europa 

Diana Morant, titular de Universidades, es mi favorita. Por decimo octava vez -y no lo van a creer, pero Isabel Díaz Ayuso tiene parte de culpa- Diana la marciana nos viene a convencer de que es malísimo el aumento de universidades privadas. Cada día más, oiga. Así que ha decidido ponérselo más difícil, por ejemplo exigiendo que el 50% del profesorado sean doctores -no me parece mal- y exigiéndoles experiencia docente, esto puede ser un contrasentido.

Ya hay 50 universidades públicas y 46 privadas.

Los socialistas siempre preparan la excusa antes que la medida. La excusa en este caso, es que la universidad privada es para ricos-tontos, y la calidad de los centros de estudios superiores privados es inferior a la de sus competidores estatales. Y esto resulta curioso por cuanto resulta que el Ranking de Shanghai, la más famosa calificación de calidad de las universidades, refleja que las universidades más prestigiosas del mundo... resulta que son privadas. ¡Qué cosas!

La discriminación consiste en que la universidades privadas no piden nota de corte, asegura 'Diana la Marciana'. ¿Y qué? El caso es que si una universidad privada no gana dinero, y no lo ganará si les concede títulos a los burros, quiebra y nadie pierde, salvo el propietario. Sin embargo, si una universidad pública pierde lo pagamos entre todos.

Lo mejor es la libertad. ¿Y no sería mejor permitir que cada universidad se regulara como le viniera en gana? ¿O es que no sabe la gente qué universidades tienen calidad y cuáles no? Que sea la gente, no el Estado quien separe lo bueno de lo malo.

Morant asegura que ella ha podido estudiar en la universidad gracias a que había universidades públicas. ¿Y por qué no estudió y trabajó al mismo tiempo para pagarse la carrera, tal y como hacen los gringos... que tiene las mejores universidades del mundo y son privadas? 

Queda la subvención o paguita de la semana. 1,8 millones de euros para -ojo a la cursilería- promocionar el "espíritu cultural diverso". Por ejemplo, más de 100.000 euros para la Academia Valenciana de la Lengua. Esto es importante, Diana.