Hacienda es el corazón del Estado”. Uno hubiera jurado que es el bolsillo del Gobierno, pero la nueva portavoz y titular del Fisco, María Jesús Montero, tiene gracejo andaluz para eso… y para venderte una burra con cinco patas.

Su predecesor en Hacienda, Cristóbal Montoro, que no Montero, aseguraba lo contrario: “¿Amigo yo? ¿De quién? El ministro de Hacienda no tiene amigos”.

El Ejecutivo PSOE-Podemos tiene más trampas que un teatro chino: cristofobia, eliminar la objeción de conciencia, sablazo fiscal, eutanasia, reino de taifas… 

A ver, no se puede esconder un mundo bajo una mesa: el nuevo Gobierno PSOE-Podemos ya ha marcado con bola negra a sus enemigos: los primeros, los católicos. Porque, habrá que decirlo una vez más, lo único que une a los dos grupos que forman el gobierno que el lunes prometiera tan laicamente sus cargos, a socialistas y comunistas, es su cristofobia, su odio visceral a todo lo que huela a católico.

El Ejecutivo prepara una batería de medias contra los principios cristianos, empezando por la eutanasia y por, más importante, la supresión de la objeción de conciencia de médicos y enfermeras, necesaria para introducir de forma masiva el aborto en la sanidad pública, es decir, el 90% de la sanidad española.

El único empleo en el que creen Sánchez e Iglesia es en el de funcionario. Es decir, el menos eficiente de todos los empleos

Al mismo tiempo, pregona la legalización y promoción de la eutanasia, algo que no sólo supone una crueldad con el débil sino que, además, resulta totalmente innecesario.

También prepara un sablazo fiscal contra las clases medias, es decir, contra la propiedad. Como aseguraba la precitada titular de Hacienda y portavoz del Gobierno, la saladísima Montero, se trata de cubrir las necesidades -por cierto, crecientes- de todos con el dinero ganado por los esforzados y capaces… algunos de los cuales ya están huyendo hacia Lisboa para que los ‘incapaces’ y, sobre todo, los vagos, no les arrebaten lo honradamente ganado… y se vuelvan más ‘capaces’ y menos vagos.

La mala educación de la izquierda ante el Rey de España: el Gobierno se aplaude a sí mismo en Zarzuela

Y todo ello con un deseo irrefrenable hacia la III Republica. Cuestión menos relevante que la de la cristofobia pero que llama mucho la atención. En España, la República es una referencia de la progresía y el rojerío que consiste en dos cosas: matar al cura y desterrar al Rey. La mala educación mostrada ayer, tanto por los ministros comunistas por los socialistas ante Su Majestad, con inclinaciones de cabeza en escorzo y al bies, demuestra el infantilismo progre del ‘yo no acepto autoridad alguna salvo la que me ordenan mis propios deseos y/o caprichos’.

La imagen de los nuevos ministros aplaudiéndose a sí mismos en La Zarzuela, en presencia del Rey, debe grabarse en las mentes de todos los españoles, porque todo pueblo debe saber distinguir la necedad… con el noble fin de evitarla.

En España, la República es una referencia de la progresía y el rojerío que consiste en dos cosas: matar al cura y desterrar al Rey

Dos enemigos más del nuevo Ejecutivo Sánchez-Iglesias: los periodistas y los empresarios. Al frente del Ejecutivo tenemos a dos soberbios de grueso calibre que no soportan la menor crítica. Con la excusa de las ‘fake news’ de las que son los primeros productores, se preparan para imponer la censura, no por el BOE, que se notaría mucho, sino con la ayuda del oligopolio de los grandes editores -sus aliados en la cacería- contra la prensa independiente de Internet, la pequeña prensa y contra las redes sociales. En defensa de la información verdadera, naturalmente, es decir, de lo políticamente correcto.

Y el otro enemigo es el empresario, todo aquel que cree empleo. No lo duden: el fruto más granado de este Gobierno será que España siga padeciendo desempleo crónico.

Ejemplo: se sube el salario mínimo -lo cual está muy bien- pero se suben al tiempo las cuotas sociales en la misma proporción. Conclusión: habrá que seguir viviendo en la economía sumergida. El único empleo en el que creen Sánchez e Iglesias es en el de funcionario Es decir, el menos eficiente de todos los empleos.

Y al tiempo que los ministros prometían su cargos en Zarzuela ante la Constitución que pretenden vulnerar, uno esperaría que el líder de la leal oposición, Pablo Casado, aprovechará para hacer valer los principios -que fueron en su día principios cristianos, porque no podían ser otra cosa- de la derecha española. Pues no. Casado ‘descubrió’ el lunes el centro-reformismo, el gran invento aznariano, una doctrina que causa estupor, asombro y encomio por la sencilla razón de que nadie, en casi un cuarto de siglo, ha logrado demostrar, no ya que supone, sino tan siquiera qué significa. Ya saben, don Pablo sigue el principio lewiano (de Clive Lewis) consistente en correr con manguera a las inundaciones y con barcazas a los incendios: Partido Popular en estado puro.

Don Pablo ha descubierto el centro, el centro de la nada.