Prefiero el malo al tonto, porque el malo descansa. No digo yo que Yolanda Díaz, vicepresidente segunda del gobierno, sea tonta, pero lo cierto es que jamás descansa.

Díaz no abandona su desechado proyecto de la reducción de la jornada laboral pero esta mañana del martes 29, el Consejo de Ministros aprobará el aumento de las bajas maternal y paternal por hijo hasta las 7 semanas más otras dos, hasta que el niño cumpla ocho años. Medida histórica, aseguró Sánchez.

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Presidente y vicepresidenta están convencidos de que el empresario es una figura suprimible. Todo lo que hacen es contra la empresa privada, probablemente en la convicción de que el empleo lo crea el Estado y lo que resulta aún más curioso, que la productividad pública supera a la privada, algo que no se cree ni el rey de los fideístas.

A ver, érase un país llamado España con un grave problema: la falta de productividad, es decir, de competitividad. En plata, un oasis donde hay mucho vago y mucho ciudadano que trabaja mucho pero trabaja mal.

Podríamos resumir así nuestras rémoras laborales:

1.Hay mucho vago que utiliza las bajas laborales para currar menos.

2.La irrupción del teletrabajo, al que sólo deberían acceder los trabajadores muy responsables porque, de otra forma, es, como las bajas laborales, el refugio de los perezosos.

3.La reducción de la jornada laboral que pretende doña Yolanda Díaz.

4.Lo que este mismo martes 29 aprobará el Consejo: más bajas laborales para ellos, ellas y elles. Eso sí, sin ampliar el rácanao salario maternal, llamado prestación por hijo: 100 miserables euros al mes y sólo, atención. durante los tres primeros años de vida del bebé, cuando cumplen los 3 años, los niños dejan de comer.

La vicepresidenta sabe que reducir la jornada es la típica reivindicación que Junts puede aceptar, porque a Puigdemont le importan poco la izquierda y la derecha: sólo fastidiar a España y aprovecharse de Sánchez 'el débil'

La cuestión de fondo sobre la reducción de la jornada laboral: sí es cierto que la productividad no es una cuestión de horas, pero si a un cuerpo social que produce poco le reduces la jornada producirá menos, no más, aunque en el mundo de gominola de Yoli, y de las centrales sindicales anexas, financiadas con el presupuesto público que maneja Yoli, es decir por UGT y CCOO, se concluye justamente lo contrario.

Cuando se trabaja menos horas, salvo salto tecnológico, se produce menos, no más.

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En cualquier caso, da igual: Yolanda Díaz alienta el principal problema de España, la baja productividad: insiste en reducir la jornada laboral y eso no debería hacerlo el Gobierno. Mientras, el Consejo de Ministros aumenta el permiso por natalidad pero no sube la prestación por hijo.

Además, la vicepresidenta sabe que reducir la jornada es la típica reivindicación que Junts puede aceptar. No porque sea un partido de izquierdas sino porque a Puigdemont le importan poco la izquierda y la derecha: sólo fastidiar a España y aprovecharse de Sánchez 'el débil'.