Thyssenkrupp volverá a repartir dividendo después de cuatro años, tras lograr beneficio, triplicar beneficio operativo y crecer en ingresos y pedidos en su último año fiscal (octubre 2021 a septiembre 2022). Sin embargo, no ha recibido premio bursátil: su cotización baja un 2,4%.

El grupo industrial alemán propondrá repartir un dividendo de 0,15 euros por acción a la Junta de Accionistas que se celebrará el próximo 3 de febrero. Pero el mercado -y por tanto, los inversores- parece que esperaban más y/o que les hace dudar el anuncio de “una reducción significativa” de las ventas prevista para el año fiscal 2023 debido a la normalización de los precios de sus divisiones de materiales y acero en Europa y el aumento de los tipos de interés. Además, también estiman que el beneficio neto alcanzará al menos el punto de equilibro en dicho ejercicio.

Thyssenkrupp tiene su origen en el grupo creado por August Thyssen, quien empezó en la producción de acero y sus derivados, y después se fue diversificando. A principios del siglo XX, la familia se separó en dos ramas lideradas por sus hijos: Fritz (se relacionó con Hitler y financió al partido nazi) y Heinrich, que emprendieron sus negocios por separado. Este último dio lugar a la rama Thyssen-Bornemisza al casarse con una baronesa: se trata del abuelo de Hans Heinrich von Thyssen-Bornemisza, más conocido en España como el barón Thyssen, empresario y coleccionista de arte, cuya quinta y última esposa fue Carmen Cervera (también conocida como Tita Cervera o la baronesa Thyssen), quien hoy ostenta una gran colección que exhibe en varios museos públicos en régimen de préstamo. Asimismo, cabe recordar que el grupo industrial es fruto de la fusión de la metalúrgica Thyssen (cuya familia fundadora era contraria al antisemitismo, pese a que Fritz financió al partido nazi) y la metalúrgica Krupp (familia que era colaboradora de Hitler), una curiosa unión.

En los últimos años ha emprendido una gran transformación y reestructuración, con medidas para mejorar la competitividad y con una fuerte reducción de empleos (ya lleva 9.950 de los casi 13.000 que quiere eliminar). Además, ha vendido su división de ascensores y su negocio de acero inoxidable

Thyssenkrupp ya no es lo que era hace unos años, pues ha emprendido una gran transformación y reestructuración, con medidas para mejorar la competitividad y con una fuerte reducción de empleos: ha encontrado “soluciones aceptables” para 9.950 de los casi 13.000 que quiere eliminar. “Hemos logrado alrededor del 80% de las reducciones de personal planificadas. Estamos pasando gradualmente de la fase de reestructuración requerida para la transformación y podemos concentrarnos en aumentos de productividad”, ha señalado Oliver Burkhard, director de Recursos Humanos. Recuerden que vendió su joya de la corona, su división de ascensores (hoy llamada TK Elevator y de la que conserva una participación minoritaria integrada en su división Multi Tracks), a un consorcio de fondos liderado por Advent, Cinven y RAG Foundation en febrero de 2020 por una cifra milmillonaria; y que en septiembre de 2021 cerró la venta de su negocio de acero inoxidable al grupo italiano Arvedi.

El grupo industrial alemán se dedica al negocio siderúrgico, pero también fabrica submarinos, piezas de automóviles, plantas de fertilizantes y electrolizadores. En su último año fiscal ha logrado un beneficio neto de 1.136 millones de euros, frente a las pérdidas netas de 115 millones del anterior ejercicio y superando los 746 millones que ganó entre octubre y junio gracias a un gran cuatro trimestre fiscal. El resultado bruto de explotación (ebitda) se ha disparado un 129%, a 3.248 millones; y el beneficio operativo (ebit) casi se ha triplicado situándose en 2.100 millones. Por su parte, las ventas han ascendido a 41.140 millones (+21%), destacando los 16.444 millones (+34%) y los 13.156 millones del negocio de acero en Europa. Además, el volumen de pedidos ha crecido un 12%, a 44.297 millones. “Hemos aumentado nuestra resiliencia y solidez y nuestros negocios ahora están en una mejor posición para responder adecuadamente y de manera específica a las crisis”, ha subrayado la CEO, Martina Merz