Parece que Ryanair no se cansa de las polémicas ni de chantajear a España… Y todo ello a pesar de que se mantiene como líder en pasajeros en nuestro país y en el resto de Europa, aún cuando el buen trato hacia ellos no es su punto fuerte.

La penúltima muestra del citado chantaje se puede ver en las últimas 24 horas. Por un lado, lo hace con AENA por la subida de tasas, amenazando con reducir 1 millón de plazas en los aeropuertos regionales este invierno, cifra que supera las más de 800.000 que había avanzado Eddie Wilson, CEO de la aerolínea low cost irlandesa, en una entrevista con Expansión a principios de mes. Y ojo, porque la cifra del millón de plazos aún podría cambiar, pues se conocerá de forma definitiva el próximo miércoles 3 de septiembre.

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Recuerden que la subida de tasas de AENA tiene el visto bueno de la CNMC y será del 6,5% en 2026. Hace unos meses, Ryanair ya redujo sus bases regionales en España (por ejemplo, se fue de Jerez y Valladolid) y su tráfico en otros aeropuertos (Vigo, Santiago de Compostela, Zaragoza, Asturias y Santander), poniendo como excusa la subida de tasas de AENA, pese a que estaban congeladas. ¡Vaya cara más dura!

Claro que la aerolínea low cost irlandesa, que pertenece al grupo aéreo del mismo nombre que dirige Michael O’Leary, no se conforma con quejarse de las tasas de AENA… Ahora ha vuelto a protestar ante el ministro de Transportes y Movilidad Sostenible, Óscar Puente, por los retrasos que provocan la falta de controladores aéreos. De hecho, le reclaman medidas urgentes porque los retrasos “han afectado a más de cinco millones de pasajeros de la aerolínea en lo que va de 2025”, al impactar a más de 28.600 vuelos. No olviden que se atrevieron a dar una medalla al ministro Puente por los retrasos.

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Y como bien dice el refrán español, no hay dos sin tres, porque Ryanair espera que la justicia (ya sea la española o la europea o ambas) anule la multa de 109 millones de euros que le impuso el Ministerio de Derechos Sociales, Consumo y Agenda 2030 que dirige Pablo Bustinduy hace meses. Entre su forma de quejarse al respecto no sólo ha acudido a la justicia, sino que no dudó en vestir de payaso al ministro Bustinduy.

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