Una de las especialidades del Sanchismo consiste en insistirnos en una falsedad hasta que cede por agotamiento y, además, pasa a ser una verdad incuestionable. Y quien se atreva a mantener la contraria... es un ultra.
El lunes se llegó a un acuerdo entre el Gobierno central y la Generalitat, un acuerdo unánime porque en Madrid mandan los socialistas y en Barcelona los socialistas catalanes.
Ahora bien, los dos grupos independientes, los burgueses de Puigdemont (Junts) y el ERC de Oriol Junqueras no están de acuerdo más que nada porque funcionan según el viejo adagio: Que se dice, que me opongo.
A partir de ahora, Cataluña contará con lo más cercano a una Hacienda propia, al tiempo que recaudará el 100 por 100 del IRPF.
Gestionar todos los impuestos y una cuota de solidaridad
Ahora bien, Marisu Montero insiste en que los catalanes no se verán más beneficiados que el resto. Los socialistas asturianos liderados por Adrián Barbón, y el manchego Emiliano García Page no le creen, pero es que son poco solidarios.
Ahora bien, si el acuerdo Sánchez-Illa no cambia el justo reparto de las cargas entre todas las autonomías, ¿por qué se empieza con Cataluña? ¿Por qué no todas las autonomías a la vez?
Por otra parte, un detalle: la comunidad más solidaria con el resto de España no es Cataluña, es Madrid, sencillamente porque es la región más rica y las comunidades más ricas tiene que ser más generosas con las pobres. A más riqueza, no más prepotencia, sino más solidaridad.
Lo más imrpotante: que no se trata de si recauda más el Estado central o las regiones. Se trata de que ambos recauden menos. El poder, ni para Madrid ni para Barcelona, el poder para la gente.