Iberdrola ha dado a conocer sus resultados de los nueve primeros meses, días después de que junto a Endesa y Naturgy remitiera una carta al Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, mostrando su disposición para prorrogar la vida útil de la central nuclear de Almaraz. En la conferencia con analistas, Ignacio S. Galán ha insistido en su prórroga, pero ha subrayado que ya “depende únicamente” del Gobierno... o sea, de la vicepresidenta tercera, la antinuclear Sara Aagesen.
Por si esta última estuviera falta de argumentos, pese a las numerosas advertencias que hay de organismos y expertos, el presidente ejecutivo de la eléctrica ha referido que las nucleares son necesarias “para mantener las luces encendidas en el país, proporcionando un servicio seguro y barato” y “que se necesitan mucho más que antes, incluso para poder evitar posibles apagones o posibles problemas que puedan afectar al servicio”.
Al hilo de esto último, Galán ha vuelto a insistir en que la causa del apagón del pasado 28 de abril “fue la falta de energía síncrona”, por tanto, la culpa fue de Redeia... y no olviden que ha empezado a preparar una demanda contra la presidenta de dicha compañía y exministra, Beatriz Corredor. Por cierto, la eléctrica ha elevado el impacto de dicho apagón en sus cuentas de 130 millones de euros a 180 millones. ¿El motivo? La operación reforzada que está aplicando Red Eléctrica (filial de Redeia) desde el 28 de abril ha aumentado los costes de los servicios auxiliares e Iberdrola no está pudiendo trasladarlos a los contratos multianuales que tiene con sus clientes.
En los nueve primeros meses, la eléctrica ha mostrado cierto estancamiento en su cifra de ventas, que ha pasado de 33.116,8 millones a 33.863,2 millones. Algo similar a lo que ha sucedido con su margen bruto, que ha pasado de 18.045,3 millones a 18.406,6 millones. Por su parte, el resultado bruto de explotación (ebitda) ha descendido ligeramente, hasta 12.438,2 millones y el resultado neto de explotación (ebit) ha disminuido a 8.166,5 millones. El beneficio neto se ha reducido un 3%, a 5.307 millones, debido a las menores plusvalías (hace un año se anotó las de vender activos de generación térmica en México). Eso sí, sin el efecto de dichas plusvalías ni el impacto de vender contadores inteligentes en Reino Unido en el tercer trimestre de este año, habría ganado 5.116,1 millones, un 16,6% más.
Eso sí, la deuda financiera neta ha dado alegrías, al reducirse hasta los 50.614 millones, frente a los 53.814 millones del cierre del primer semestre y los 52.667 millones del año 2024, aunque sigue estando en niveles elevados. Menor deuda, a pesar de unas inversiones récord de casi 9.000 millones hasta septiembre, un 4% superiores a las de hace un año y de las que más del 60% se destinaron a Reino Unido y EEUU, y más del 55% fueron a parar al negocio de Redes. En España, aún debe esperar a ver cómo queda finalmente la retribución de las inversiones en redes... y de la que dependerá, en gran medida, que se cumplan los objetivos del PNIEC.
Claro que en bolsa, Iberdrola ha sonreído al anunciar un dividendo récord para este año. Algo que gustará, y mucho, a sus accionistas, entre los que destacan el fondo soberano de Catar (QIA) y el fondo de inversión BlackRock.