Espacio para la publicidad desde Moncloa, el Ministerio de Seguridad Social informa: "El Ingreso Mínimo Vital (IMV) ha llegado en junio a 736.867 hogares en los que viven 2.253.401 personas, según la última estadística publicada por el Instituto Nacional de la Seguridad Social (INSS). La cuantía media de la prestación es de 522,2 euros al mes por hogar y, en conjunto, la nómina de este mes ha ascendido a 429,8 millones de euros".
Y sigue: "En junio, hay 111.485 prestaciones activas más de las que había hace un año en este mismo periodo, lo que supone un incremento del 17,8%. En cuanto a la evolución de los beneficiarios, en junio de 2025 se contabilizan 370.277 beneficiarios más que los registrados en este mismo mes de 2024 (+19,7%)".
Y ojo, que el IMV es feminista: "Tanto por el perfil de los titulares como de los beneficiarios, podemos decir que el Ingreso Mínimo Vital tiene un marcado perfil femenino. En junio, el 67,7% de los titulares (499.221) y el 53,5% de los beneficiarios son mujeres, en concreto, 1.204.636".
“El Ingreso Mínimo Vital (IMV) se ha constituido como una prestación estructural del sistema de protección social en España”, se enorgullece Elma Saiz. “Es una política pública sólida, viva y necesaria que sigue evolucionando para hacer frente a una lacra tan dura como la pobreza”.
En cualquier caso, lo del Ingreso Mínimo Vital tiene más trampas que un teatro chino, pero que tengamos un Gobierno que venda como un éxito una economía subvencionada donde no se fomenta el trabajo, es preocupante.
Lo malo de la renta básica no es el gasto que provoca, sino que, con ella, se está acostumbrando a la gente a la vagancia, a sobrevivir, en lugar de a mejorar. Además, el dinero público no se debe dar a cambio de nada: que el perceptor realice alguna tarea social. Si no, introduce un agravio con cualquier tipo de trabajador. En otras palabras, contra los que sí doblan el lomo. Y nada peor que una sociedad de vagos.
Violar el principio de que "el que no trabaja, que no coma", es una injusticia. Hablamos de un ingreso a cambio de nada y para toda la vida, ¿un poco injusto no?
Y más, Elma nos destaca que, "desde la entrada en vigor de esta política, la Seguridad Social ha destinado 15.778 millones de euros al abono de las nóminas de esta prestación". Este dato no es baladí, el propio ministro Bustinduy ha reconocido en numerosas ocasiones la necesidad de un salario maternal digno. ¿El problema?, el coste. En unas condiciones aceptables, y no rácanas como los 100 euros hasta los 3 años que tenemos ahora mismo, costaría unos 12.000 millones de euros anuales... menos de lo que lleva gastado el Estado, con dinero público, en el Ingreso Mínimo Vital.