Ebro Foods lleva unos días en color rojo en el parqué, con un descenso algo superior al 2%, aunque acumula una revalorización del 10% en lo que va de año. Un color rojo que contrasta con los máximos históricos de la bolsa española y con los últimos resultados del líder mundial en arroz y segundo fabricante de pasta, pues en los nueve primeros meses ha ingresado menos al reducir precios y ha tenido un menor beneficio neto, pero ha logrado una rentabilidad -medida a través del resultado bruto de explotación (ebitda)- récord y ha bajado su deuda.

El grupo alimentario (dueño de SOS, Brillante, La Fallera, Garofalo y Bertagni, entre otras marcas) ha mostrado una evolución muy similar a la del primer semestre, aunque se podría decir incluso que algo más positiva, pues en dicho periodo subió su deuda, mientras que en los nueve primeros meses la ha reducido. Además, ya prevé un nuevo máximo histórico en el ebitda para el conjunto del año.

El grupo que dirige Antonio Hernández Callejas ha tenido unos ingresos de 2.775,9 millones de euros, un 3% inferiores a los de hace un año, por la bajada de los precios al consumidor al abaratarse las materias primas y por la devaluación del dólar. Eso sí, le ha ido mucho mejor en arroz, pese a la acusada tendencia bajista en los precios, que en pasta, donde le han pasado factura los mayores costes de los huevos y los lácteos. En arroz, los ingresos se han situado en 1.766,3 millones, un 3,9% menos que hace un año, mientras que la división de pasta ha facturado 511 millones (-0,3%).

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Por su parte, el ebitda ha logrado un nuevo récord, al ascender un 1,1% y situarse en 311,5 millones, en un escenario de persistente inestabilidad geopolítica, con tensiones en el tráfico marítimo y los aranceles de EEUU. El margen ebitda ha pasado del 13,1% al 13,7%. Sin embargo, el beneficio neto ha bajado un 8,8%, a 154,3 millones, por los mismos motivos que en el primer semestre: el impacto del tipo de cambio, la subida de los tipos de interés y el aumento de los impuestos de una liquidación societaria.

La deuda neta se ha reducido en 14,6 millones respecto al cierre de 2024, quedándose en 578,5 millones, pese a una inversión en capex (o sea, en activos a largo plazo) de 94,8 millones y los 111,6 millones repartidos en distintos pagos del dividendo anual. Estos últimos han alegrado a sus accionistas, claro está, entre los que destacan: la familia Hernández, que es dueña del 15,922% del capital; Corporación Financiera Alba, el vehículo de inversión de los March, con el 14,004%; Damm, con un 11,686%; la SEPI con un 10,36%; y algunos empresarios que fueron embotelladores de Coca-Cola (los Gómez-Trenor, con un 7,827%; y José Ignacio Comenge Sánchez-Real, con un 5,2%).

Una buena evolución, en general, aunque Ebro Foods ha vuelto a insistir en que se proteja al sector arrocero en Europa y que la Unión Europea endurezca los aranceles a los países EBA (también denominados Países Menos Adelantados -PMA-, que no tienen ningún arancel). Eso sí, de cara al conjunto del año prevé lograr un nuevo máximo histórico de ebitda, pese al impacto negativo del tipo de cambio (-5 millones).