Decíamos ayer que Marc Murtra, el sucesor de Álvarez Pallete al frente de Telefónica, intenta diseñar la Teléfoncia de la era post Javier de Paz.
Más que nada porque ninguno de sus nombramientos son suyos, le han venido dados, empezados por su segundo, el CEO Emilio Gayo, nombrado por Javier de Paz tras consultar a su jefe, Zapatero.
Y todo ello, también insisto y hasta persisto, en medio de una colección de cortinas de humo lanzadas para sobrevivir y sin anda que proponer el martes 4, presentación del nuevo rumbo de la compañía con los analistas pendientes de y con la mosca tras la oreja.
Pero, tras superar el punto de partido de Javier de Paz, a Murtra le ha surgido otra barrera, en su propio vicepresidente: Carlos Ocaña ya está preparado para arrebatarle la Presidencia de Telefónica a Marc Murtra.
Ninguno de los nombramientos de la era Murtra los ha hecho Murtra. Venían todos de ZP y Javier de Paz. Así que ahora no le resulta fácil crear su propio equipo frente a Carlos Ocaña
Carlos Ocaña, el de la tesis doctoral de Pedro Sánchez -fíjense si tendrá el soporte de Moncloa- quiere ser presidente de Telefónica. Así, sin paños calientes.
El vicepresidente de la operadora seminacionalizada envía cada viernes a Moncloa, con copia a Florentino Pérez, su anterior jefe -que lo sigue siendo-, un informe sobre Telefónica diciendo que lo que está ocurriendo es un desastre. Y la malo es que tiene razón. Están jibarizando la compañía forjada durante décadas y el relevo en los ingresos no aparece o se mantiene tan en secreto que no se informa de él,
¿Y a qué se debe esta parálisis en una empresa archi-estratégica? Pues al mismo motivo que mantiene paralizado a todo el país, porque nadie toma decisiones mientras se desgrana el interrogante sin respuesta: ¿Seguirá Pedro Sánchez en Moncloa o no? Mientras eso no se dilucide, España seguirá varada.