Asterion Industrial, el mayor fondo de infraestructuras de Europa que dirige el español Jesús Olmos Clavijo, saca taja del fuerte apetito por las renovables. Y es que ha vendido una cartera de 7.700 megavatios (MW) de proyectos en desarrollo a Repsol por 580 millones de euros.

Decíamos ayer que las energías renovables se han convertido en un producto financiero gracias entre otros muchos a Ignacio S. Galán, presidente de Iberdrola. Y ahora se ve una nueva muestra con la operación de Asterion, concretamente a través de su plataforma Asterion Energies, que se creó en 2019. Asterion se ha convertido en apenas unos años en el fondo de infraestructuras más grande de Europa y tiene como CEO a Jesús Olmos Clavijo, pero su historia se remonta a 2018, cuando fue creada por varios exmiembros del fondo de inversión KKR: el propio Olmos, Winnie Wutte y Guido Mitrani.

Olmos Clavijo es un ingeniero industrial que cuenta con 39 años de experiencia en infraestructura, tanto en el espacio corporativo como en la industria de servicios financieros, según la propia página web de Asterion. Antes de crear dicho fondo de infraestructuras, fue codirector global de KKR Infrastructure y miembro de KKR Infrastructure IC, donde estuvo desde 2009. Su trayectoria previa a KKR la desarrolló en Endesa, como CEO de la energética en Europa y director general de Desarrollo Corporativo y miembro de su Comité Ejecutivo, liderando la expansión por el viejo continente entre los años 2.000 y 2008; y anteriormente trabajó para Iberdrola y el Instituto de Fusión Nuclear de Madrid.

Volvamos a la operación conocida este viernes y que pone fin a la puja en la que habían entrado Repsol y Engie. Asterion ha elegido a Repsol para venderle 7.700 MW -4.900 MW de solar fotovoltaica y 2.800 MW de eólica- en proyectos en desarrollo ubicados en España, Italia y Francia por 560 millones, más un máximo de 20 millones en concepto de pagos contingentes. Con dicha compra, Repsol da un gran paso en su revolución tranquila para alcanzar los 6.000 MW de potencia instalada de generación renovable en 2025 y 20.000 MW en 2030, como recoge su actual plan estratégico. Asimismo, refuerza su presencia en mercados clave de Europa y consolida su expansión internacional en mercados OCDE.

Se trata de la primera gran operación de Repsol tras presentar un buen resultado y reducir deuda en los nueve primeros meses del año, algo que apuntamos como muy bueno para seguir invirtiendo y muy aplaudido por los inversores. La compra de los 7.700 MW en desarrollo de Asterion suponen una gran inversión y refleja que “estamos materializando nuestra ambición de ser líderes en la transición energética con pasos firmes”, ha destacado el CEO de Repsol, Josu Jon Imaz, en su apuesta para “cumplir con nuestras metas de crecimiento, diversificación y foco en la multienergía”. “Los proyectos y el talento humano que incorporamos con esta transacción complementan perfectamente nuestra estrategia”, ha añadido Imaz, pues Repsol no sólo incorporará los proyectos en desarrollo de Asterion Energies, sino también su equipo experto en desarrollo de proyectos renovables y de almacenamiento. Un movimiento que supone un nuevo paso en la revolución tranquila por la que ha apostado la compañía y que se resume en no vender negocios estratégicos, aliarse con socios; y no tener prisa en la transición, sin renunciar al petróleo y a la industria. Dentro de esta revolución, la compra de proyectos de Asterion llega después de que Repsol haya dado entrada a socios en su negocio renovable, en el de exploración y producción (upstream) y también en otros activos renovables que van entrando en operación (por ejemplo, en Delta y Valdesolar); y ha llegado a importantes alianzas con Telefónica, Crédit Agricole, Portobello y Orsted