Amazon ha rectificado... en cierta medida. Ya no despedirá a 30.000 empleados, sino a 14.000, por ahora. Estas cifras suponen el 8,6% y el 4%, respectivamente, de la plantilla corporativa, la cual se dedica a labores administrativas y de oficina, y que en total asciende a 350.000 personas.
El anuncio se ha conocido ocho días después de la caída mundial de su nube -Amazon Web Services (AWS)-. Todo esto en un contexto en el que las plataformas provocan problemas mundiales pero nunca indemnizan por ello en la misma medida, y el caso del gigante de comercio electrónico que dirigen los progres Jeff Bezos y Andy Jassy (desde las sillas de presidente ejecutivo y CEO, respectivamente), la citada caída mundial de AWS es aún más grave dado que se trata de un cuasi-monopolio que fastidia al pequeño comercio y al grande, y apuesta por la precariedad laboral.
Hace unos días, decíamos que Amazon apostaba por la ‘contratación’ de robots, pues quería evitar contratar a más de 600.000 trabajadores hasta 2033 en EEUU... y ahorrar en costes al automatizar el 75% de las operaciones en sus almacenes. Asimismo, había lanzado unas gafas inteligentes para que sus repartidores hagan más rápido su trabajo.
Ahora, el gigante estadounidense de comercio electrónico apuesta por meter la tijera en sus plantilla corporativa, con el fin de tener una estructura más ágil y adecuada, y redireccionar recursos, según Beth Galetti, vicepresidenta sénior de Experiencia de Personas y Tecnología de Amazon. Y gran parte de los recursos se destinarán a la Inteligencia Artificial (IA), claro está, pues Galetti la considera como la tecnología más transformadora que se ha visto desde Internet y que permite a las empresas innovar mucho más rápido que nunca.