Ángel Gaitán es un autónomo propietario de un taller mecánico, cuenta con más de 2,2 millones de seguidores en TikTok, e incluso ha ganado un juicio a Tesla, por el mal funcionamiento de su vehículo y del equipo posventa de la marca en España. Además, es perito judicial e imparte cursos formativos de mecánica.

Pues bien, Gaitán habla alto y claro en un vídeo en sus redes sociales en el que afirma que “Mientras en este país siga habiendo ayudas a gente que pueda trabajar no va a haber trabajadores”.

Es lógico pensar que si la gente gana más en su casa sin hacer nada, gracias a papá Estado, no se va a esforzar en conseguir un sueldo. Entonces, habrá que aplicar las palabras de San Pablo en Segunda Carta a los Tesalonicenses: “El que no trabaja, que no coma”. O, traducido al S.XXI: "El que tiene dos manitas y dos piernitas y la cabeza la funciona, a currar".  

No se trata de no ayudar a quien lo necesite, sino de la persona que recibe ayudas aporte algo a la sociedad. El receptor del salario mínimo es todo él, un agravio comparativo respecto a su vecino, que trabaja 40 horas semanales por 1.000 euros. Y por cierto, es éste el que paga el salario de aquel a cambio de nada. Recuerden, la pobreza no es un mérito. Y lo de brear a impuestos a los ricos para subvencionar a los pobres tampoco es solución, entre otras cosas, porque la riqueza no es un delito.

La renta vital de Sánchez e Iglesias no es sino un alimenta-vagos. El perceptor de una renta mínima debería estar obligado a ofrecer algo a cambio a la sociedad: cuidar ancianos, limpiar las calles, plantar árboles, lo que sea pero algo.

Por tanto, lo lógico sería que un Gobierno de izquierdas, en lugar de proponer el ingreso mínimo vital (“que ha venido para quedarse”) pusiera en marcha empresas públicas para salir de la crisis a la el propio Ejecutivo nos ha llevado. 

Ahí está el Gobierno de Georgia Meloni, que ha eliminado el ingreso mínimo vital italiano y lo ha sustituido por el 'Subsidio de inclusión' de ayudas a desempleados y familias en dificultad. Se concreta en un cheque de 500 euros a las familias con una renta inferior a los 6.000 euros mensuales, por un período de hasta 18 meses con renovación por otros 12 meses, eso sí, la ayuda se perderá si se rechaza una oferta laboral que tenga duración de más de un mes