Decíamos ayer: la vileza de Sánchez no sería posible sin el envilecimiento del pueblo español. Es decir, que cada pueblo tiene el gobierno que se merece.
Dejando esto a un lado, si es que podemos. vamos con el maestro Chesterton, nada elitista pero muy razonable.
Decía don Gilbert: "los límites reales y razonables entre la sabiduría popular y la locura popular no son difíciles de establecer. La multitud generalmente hace justicia; la multitud, generalmente, no tiene la verdad. La democracia ama, pero no tiene conocimiento".
Por tanto, "si lo que queremos son ideales, es inmensamente mejor dejar hacer al pueblo. La gran masa del pueblo siempre tiene una filosofía más bien sana y honorable, lo que comúnmente le falta es ciencia y acumulación de fenómenos precisos. La filosofía es algo democrático, depende solo de la razón del hombre".
Aunque nos cueste reconocerlo, por el gran prestigio del término científico: "La ciencia es algo oligárquico, depende de las oportunidades el hombre. Una persona puede filosofar sobre las pulgas un alojamiento barato, pero no puedo hacer biología de las pulgas son un microscopio caro".
Por cierto, si traspasamos esto al mundo pecuniario conviene recordar esas palabras del viejo Chesterton: "A menudo hemos razonado: este hombre es pobre, por lo tanto, tiene que robar, pero sería igualmente razonable pensar: este hombre es un rico, por lo tanto ha robado".
Conclusión: todo elitismo es malo; todo populismo, también.