El pasado 6 de octubre, Hispanidad informó de que el juicio contra el terrorista yihadista Yassine Kanjaa, quien asesinó el 25 de enero de 2023 a Diego Valencia -el sacristán de la Iglesia de Nuestra Señora de la Palma (Algeciras)-, había comenzado.
En ese ataque también resultó herido el párroco Antonio Rodríguez, fallecido meses después pero no por las heridas que le infligió el terrorista, sino por culpa de la enfermedad de cáncer.
Kanjaa ha permanecido ingresado en un centro psiquiátrico penitenciario de Sevilla.
Ese 6 de octubre la Audiencia Nacional iniciaba el juicio contra Yassine Kanjaa, para el que la Fiscalía pide 50 años de cárcel por delitos de asesinato, tentativa de asesinato y lesiones, todos ellos de carácter terrorista. Además de una indemnización de 150.000 euros a la viuda del sacristán y con 50.000 euros a cada uno de sus hijos; a los herederos del sacerdote herido grave -que falleció casi un año después- con 17.000 euros, y con 3.700 euros a otro sacerdote que resultó herido de menor gravedad.
La Asociación Víctimas del Terrorismo (AVT) se personó como acusación popular y pide para este hombre 58 años de cárcel, al igual que Abogados Cristianos.
El juicio ha quedado visto para sentencia. Y en su transcurso, el yihadista de Algeciras aseguró que "quería cortar cabezas" de los curas por mandato de Alá. Y añadió: «Soy mensajero de Alá para explicar a mucha gente que no está en el buen camino».
Su defensa ha pedido su absolución e internarle en un centro psiquiátrico por los trastornos psiquiátricos que padece.
En su día, la podemita y ultracomunista Ione Belarra opinó que lo primero que había que hacer era defender a una población, la musulmana, que ya estaba muy "estigmatizada".