Pobres okupas, vulnerables siempre, no pagan vivienda, pero tienen que sacar dinero para sus cosas. Por eso la inquokupa de Catalina convirtió la vivienda que okupa en un piso de alquiler turístico, idea que tomó otra mujer que anunció por distintas plataformas un piso en alquiler que no era de su propiedad, pero que su hijo, con enorme talento, había okupado.
Otro 'talentoso' okupa, esta vez en Alicante, también ha hecho de la okupación su afición, modo de vida y empleo. Lo cuenta DSAlicante: un magrebí ha desatado la preocupación entre vecinos y autoridades al desplegar toda una red en el mercado negro: "tarifas fijas, jerarquías internas y métodos profesionales", todo un empresario.
Como decimos el okupa tiene sus tarifas, cobra 400 euros por abrir un piso para que otros okupas puedan instalarse, en este servicio solo se encargar de forzar y abrir el piso. Pero tiene otros servicios: si quieres que él mismo te busque casa, la tarifa sube hasta 1.500 euros, porque incluye una vigilancia durante semanas de bloques y calles para asegurarse que no hay nadie en la vivienda, por ejemplo, en una segunda residencia. Este pack incluye la identificación y búsqueda de la vivienda y la apertura. Y ojo, que si quieres que te deje el piso listo para entrar a okupar, también ofrece por 250 euros la limpieza y adecuación. No sabemos si también incluirá enganches de suministros.
Para los vecinos de la zona, las medidas contra la okupación son insuficientes, pero claro, Ayuntamiento, justicia e instituciones están bajo la Ley del Gobierno y poco se puede hacer. El Ayuntamiento de Alicante creó en 2023 una Oficina Antiokupación que presta servicio y da apoyo a los propietarios afectados, pero según informan desde el mismo medio, dicha unidad se encuentra desbordada por el crecimiento de casos.