Una semana más, Hispanidad realiza una crónica recogiendo las últimas informaciones sobre la persecución -incluso genocidio- contra los cristianos, una realidad silenciada en muchos medios y en muchos gobiernos occidentales.
Esta semana empezamos en Nigeria, donde, según el último informe sobre libertad religiosa 2025 de Ayuda a la Iglesia Necesitada (ACN), “la libertad religiosa se encuentra gravemente amenazada, principalmente debido a las medidas legales que apoyan la discriminación contra los cristianos en los estados del norte, así como a las atrocidades cometidas en todo el país. Por todo ello, las perspectivas para la libertad religiosa en la nación más poblada de África siguen siendo extremadamente sombrías”.
Como hemos explicado en otras ocasiones, en ese país operan las milicias islamistas de los pastores musulmanes Fulani o grupos terroristas yihadistas como Boko Haram o la facción del Estado Islámico en la Provincia de África Occidental (ISWAP), que se dedican a atacar a los cristianos que, en algunas zonas del país, son "víctimas de asesinatos, violencia sexual y secuestros", sobre todo por parte de los pastores musulmanes fulani que "han robado y destruido las tierras ancestrales de los cristianos, lo que ha dejado a millones de personas sin hogar, sin trabajo y viviendo en campamentos de desplazados internos sin acceso a la sanidad ni a la educación. El número y la ferocidad de los ataques contra las aldeas cristianas han llevado a algunos expertos a concluir que estas incursiones constituyen una apropiación deliberada de tierras con el objetivo de expulsar a los cristianos e islamizar la región”, prosigue ACN.
En ese contexto, un informe que está siendo redactado por la Conferencia Episcopal nigeriana, y al que ha tenido acceso la propia ACN, revela que entre 2015 y 2025, al menos 212 sacerdotes católicos han sido secuestrados en ese país.
La investigación recopila secuestros en, al menos, 41 de las 59 diócesis y archidiócesis católicas del país, lo que representa el 70% de las circunscripciones eclesiásticas.
Según el trabajo, de los 212 secuestrados, 183 fueron liberados o consiguieron escaparse, 12 fueron asesinados y 3 murieron posteriormente como consecuencia del trauma y las lesiones sufridas durante su cautiverio.
Sin embargo, el número real de casos es todavía mayor. Aún no se han presentado datos de 18 diócesis, y ACN ha registrado de forma independiente casos aislados de secuestro durante los últimos años en al menos otras cinco diócesis, que no se incluyen en el estudio hasta la fecha. Además, el informe no incluye incidentes que involucran a órdenes y congregaciones religiosas, explica ACN en su nota de prensa.
Nuestro siguiente destino es Burkina Faso donde, según el último informe sobre libertad religiosa 2025 de Ayuda a la Iglesia Necesitada (ACN), “las perspectivas para la libertad religiosa siguen siendo muy preocupantes. El país se enfrenta a una de las crisis humanitarias más graves del mundo, provocada por la inseguridad arraigada, la pobreza generalizada y la fragilidad institucional. Más de dos millones de personas se han visto desplazadas internamente, muchos como consecuencia directa de la violencia por motivos religiosos. Tanto las comunidades cristianas como las musulmanas han sufrido devastadores ataques yihadistas, y cada vez se cometen más ataques contra lugares de culto durante los servicios religiosos. Es frecuente que secuestren o asesinen a líderes religiosos, a menudo con impunidad. A pesar de los discursos oficiales que sugieren que se han logrado avances, hasta ahora el Gobierno no ha logrado restablecer la seguridad básica ni proteger el derecho al culto, lo que suscita serias preocupaciones para los próximos dos años".
En ese contexto, los cristianos se mantienen fieles a su fe. Mons. Naré, obispo de Kaya y administrador apostólico de la diócesis de Dori, declara a ACN: “La sangre de los mártires es semilla de cristianos”. «La palabra clave es ‘resiliencia’: perseverar en la oración, el bien y la esperanza». “Si el enemigo pensaba sofocar el cristianismo, ha sido en vano: la fe cristiana se extiende por África”, añade.
“En general, la violencia no está aumentando, pero la situación sigue siendo difícil en los pueblos, cuyas comunidades cristianas se han desplazado en gran parte a las ciudades, donde hay más seguridad”, explica.
Sin embargo, la comunidad internacional permanece en silencio ante esta persecución. “O la conoce y no reacciona o no actúa porque no sabe de ella”, denuncia Mons. Naré.
Sobre el terreno, la Iglesia se esfuerza por “responder a las necesidades básicas: alimentación, refugio y atención sanitaria. Se trata de sobrevivir”, explica Mons. Naré.