Una semana más, Hispanidad realiza una crónica recogiendo las últimas informaciones sobre la persecución -incluso genocidio- contra los cristianos, una realidad silenciada en muchos medios y en muchos gobiernos occidentales.
La persecución a los cristianos está aumentando en los últimos tiempos, tal y como recogen varios informes, como el de Puertas Abiertas, el del Observatorio sobre Intolerancia y Discriminación contra Cristianos en Europa (OIDAC); o el de la fundación pontificia Ayuda a la Iglesia Necesitada (ACN).
Esta semana empezamos en Níger, país donde operan grupos de terroristas yihadistas cercanos a Al Qaeda y al Estado Islámico. Recientemente, una aldea cristiana fue atacada por yihadistas vinculados al Estado Islámico, que mataron a 18 cristianos varones.
La viuda de uno de esos hombres asesinados, de nombre Hakuri (pseudónimo) cuenta: “Cuando las chozas comenzaron a arder, las personas salieron y empezaron a correr, y fue entonces cuando los yihadistas comenzaron a disparar contra los hombres”, recoge Puertas Abiertas.
Algunas mujeres con sus hijos lograron refugiare en una escuela donde, para evitar que sus hijos varones adolescentes fueran asesinados, les pusieron ropa femenina, lo que salvó a muchos de ellos.
Luego huyeron de esa aldea a otro lugar seguro. “Viajamos solas sin nuestros esposos; viajamos solo con nuestros hijos”, lamenta Hakuri. “La vida es muy difícil para mí y mis hijos. Tenemos que comprar leña, agua, comida y más; vivir en esta ciudad requiere dinero, y yo no tengo esposo”, reconoce.
Pero Hakuri se mantuvo fiel a su fe: “No diré que Dios me rechazó, pero puedo decir que estoy pagando el precio de seguir a Jesús”. “Pido a los cristianos de todo el mundo que oren por nosotros – necesitamos paz; oren para que Dios fortalezca nuestra fe en Cristo para soportar la persecución”.
Nos vamos a Pakistán, país donde rige la ley islámica y donde la población es casi por completo musulmana. El número de casos de niñas cristianas e hindúes secuestradas y esclavizadas sexualmente, bajo el pretexto de convertirlas al islam y casarlas con su secuestrador, ha seguido aumentando en los últimos tiempos, recoge el informe de ACN sobre libertad religiosa.
En ese país islamista, además, los presos cristianos sufren discriminación respecto a los presos de otras religiones, según revela un estudio elaborado por una entidad cristiana que recoge Puertas Abiertas.
Zakria John (nombre falso por razones de seguridad), un exprisionero cristiano, reveló: “Solo se proporcionaron seis platos para cien detenidos. Nos turnábamos para comer con esos utensilios limitados. Inicialmente, fuimos confinados en un cuarto que antes era usado para pacientes con tuberculosis, con jeringas usadas esparcidas por todo el lugar”.
El ex prisionero Zakria John también relató que unos cien presos cristianos fueron obligados a beber agua de recipientes normalmente usados en los servicios: “Un funcionario ocasionalmente nos daba pedazos de jabón, aunque era interrogado cuando lo descubrían. Después de usar el baño, muchas veces teníamos que limpiar nuestras manos frotándolas en la pared”.
Además, los encarcelados de religión musulmana pueden rebajar sus penas si memorizan el Corán u observar el Ramadán, algo de lo que pudieron beneficiarse unos 2.000 musulmanes entre los años 2022 y 2025.
En Benín (África), el pasado 10 de septiembre de 2025, un grupo vinculado a Al Qaeda atacó la aldea de Kalalé, en el norte del país, donde viven cristianos, muchos de los cuales se vieron obligados a huir, recoge Infocatólica.
Los terroristas destrozan casas, robaron todo lo que pudieron y secuestraron a seis personas que todavía permanecen cautiva. Aunque, gracias a la rápida intervención de militares del país, no se produjeron muertes.
En esa aldea, de hecho, hay una escuela regentada por las religiosas de la Compañía del Salvador, que se vieron obligadas a suspender temporalmente las clases. Mons. Martin Adjou Moumouni, obispo de N’Dali, visitó la población, ofició una misa y declaró: «Intenté animarlos diciéndoles que Jesús nunca abandona a su rebaño». Y añadió: «Lo que ahora me preocupa es resolver la cuestión de la escuela gestionada por las hermanas».