En Hispanidad recogemos los casos diarios de violencia de los pobres vulnerables: en Pozuelo de Alcorcón, con Carlos, a quien apedreaban sus okupas, en San Sebastián, con desalojo por una pelea que dejó dos heridos, en Cataluña, con un edificio en riesgo de derrumbe por los destrozos causados por los okupas. O en Madrid con amenazas de muerte a la propietaria o con una pelea entre okupas que acabó provocando un incendio en un edificio que terminó derrumbándose. Hasta que llegamos a la cota máxima apalizando a una embarazada, o a una madre y su hijo o, a un concejal en pleno tapiado en el desalojo. La última: los okupas que incendiaron la casa okupada pensando que el propietario les había cortado el suministro o el juicio a un okupa acusado de tirar por la ventana a su amigo.

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Un nuevo caso en Alhama de Murcia ha hecho despertar la indignación. María de Mar, de 50 años, estuvo siete días atada a una silla y sufriendo todo tipo de vejaciones en su casa. ¿Los responsables? Sus okupas.

La tuvieron secuestrada, sin darle de comer, ni dejarla ir al baño y fue golpeada durante una semana por sus tres inquilinos, hasta que alguien alertó a la policía. Según ha podido saber el programa 'En Boca de Todos', cuando la Guardia Civil llegó a la vivienda encontraron restos de alcohol y drogas. 

"Lo hacían por puro placer". "A palos como si fuera un bicho, yo no soy un bicho ni una persona mala. Soy una persona que ha sido maltratada", ha explicado. Ha contado cómo ella alquiló la habitación a una persona conocida en el pueblo: “El primer día que entraron y cerraron la puerta, ya pensé que había llegado mi muerte”.

“Me hacen de todo, hasta me pintan con pintauñas, no podía respirar”. Ha explicado que lo hacían “Por gusto, sabes lo que es que les da placer… Me pegan, me queman con cigarrillos, me rompen la rodilla, las uñas las tengo que no puedo ni cortarlas… Me decían que yo era una puta y que no hablara, que si hablaba me iba a enterar… Se levantaban y me echaban agua… Lo hacían por puro placer".

En este mundo al revés en el que se ha convertido España, la propietaria cuenta que "Están en libertad porque todos tiene el mismo abogado, uno de pago y yo no me lo puedo permitir. No tengo miedo, tengo pavor”. Pero los okupas son los vulnerables.