¿Recuerdan al actual Candy, antes Cándido? Se percibe como Candy desde agosto de 2023, hasta ese momento era Cándido. No le hizo falta ni tratamiento médico ni psicológico, ninguna operación ni ningún informe, simplemente asegurar que se sentía mujer. Gracias a Irene y su Ley Trans en apenas unos meses, pasó de hombre a mujer. 

Candy fue condenado en firme a 15 meses de cárcel por quebrantar la orden de alejamiento sobre su ex, además de por un delito de amenazas y hay que recordar que ya pasó 18 meses entre rejas por malos tratos a una pareja anterior. Su expareja, con la que tuvo dos hijos en sus 10 años de matrimonio, le denunció por un presunto delito de violencia doméstica, lesiones y maltrato. 

Candy debería ser juzgado en un juez de Violencia sobre la Mujer, y su supuesta víctima debería tener acceso al sistema VioGén de Seguimiento Integral en los casos de Violencia de Género. Además, su caso debería ser planteado como violencia de género, pero no, porque Candy es mujer. Por este motivo la Audiencia de Sevilla rechazó todo esto, y todo supuesto delito que cometiera Candy después de su cambio de sexo iba a ser juzgado por un tribunal ordinario, al tratarse de delitos entre mujeres, lo que implica, por ejemplo, penas más pequeñas. La Justicia no ve fraude de ley en el supuesto maltratador que dice ser mujer. Así, la transgénero Candy tenía que responder ante un juez ordinario.

Pero se dio a la fuga, hasta que fue encontrado por la Policía Local de Espartinas, que lo arrestó y lo mandó a prisión... a un módulo de mujeres en la prisión Sevilla I. Tras pasar dos días en la zona de ingresos de la prisión, ingresó en la zona destinada a mujeres del centro penitenciario, accediendo así a su petición en base a su registro oficial como mujer. Pero desde el centro penitenciario barajaron la posibilidad de un traslado al módulo masculino, algo que acabó sucediendo, aunque el juez lo reconoce como mujer.

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Ahora a Candy ha escrito una carta al Diario de Sevilla. En ella denuncia que está sufriendo "una situación hostil" al convivir con 79 presos varones. Asegura que la educadora le ha dicho que "usted no tiene tetas como yo, para mí es un hombre", lo que para el preso "da a presumir la ignorancia de la ley trans y la poca profesionalidad". Candy denuncia que se está "atentando" contra su integridad física y su salud mental. 

"Me tengo que duchar en las duchas de los internos comunes, vulnerando mi intimidad, he tenido que denunciar a dos internos por agresión violenta sexual e insultos y discriminaciones". Pide que se le cambio de módulo y se le traslade al que "pertenece" por su sexo. 

"Llevo más de cuatro meses en este módulo y estoy asustada e intimidada y con un gran problema de salud mental... Temo por mi vida".