Hace tan solo tres días les contamos la historia de Carmen. Con 88 años tuvo que poner su vivienda en alquiler al romperse la cadera y necesitar pagar una residencia para recibir cuidados especiales. La que era su inquilina se ha convertido en su inquiokupa, se niega a marcharse y asegura que al "vivir en España, todos tienen sus derechos".
Y una nueva muestra de la España de Sánchez llega con Josefina. Cuenta su historia en Telemadrid: con 86 años puso su piso en alquiler y lleva dos años sin recibir la renta de la que ahora es su inquiokupa.
Como siempre ocurre en estos casos, la inquilina parecía perfecta, mujer, abogada y con una nómina de 4.000 euros al mes. Sin embargo, la deuda no para de crecer: "Me deben 30.000 euros" y es ella con 800 euros de pensión la que afronta los gastos de la vivienda.
Josefina asegura que hubo una vez que la intentó echar, pero que la inquiokupa la denunció por supuesto acoso: "Estoy perdiendo la cabeza, son unos sinvergüenzas".
📺 TV Directo | La inquiokupación tiene una nueva víctima.
— 120 Minutos (@120minutosTM) June 27, 2025
Casos como el de Josefina se repiten en Madrid, inquilinos que dejan de pagar a sus caseros y con los que se inician largos juicios.
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La propietaria consiguió una orden de desalojo, pero la inquilina alegó vulnerabilidad. Según Josefina, la inquiokupa tiene propiedades en Segovia y una hija estudiando fuera de España, con el gasto que eso supone. Lo más surrealista de todo es que la familia okupa ya contaba con historial de deudas por pago de viviendas, lo que hace que se les considere en situación de vulnerabilidad, por lo que el desahucio no puede realizarse.