La reforma eucativa aprobrada por el Parlamento de Italia apuesta por aumentar la protección de los menores frente al adoctrinamiento ideológico y devuelve a los padres el control sobre la formación sexual de sus hijos. La medida, impulsada por el partido Lega, aliado de Giorgia Meloni, establece que la llamada “educación sexual y emocional” sólo podrá impartirse en institutos de secundaria, y siempre con el consentimiento informado de los padres.
Según Informe Orwell, en los niveles de infantil y primaria, la norma prohíbe por completo este tipo de programas, cerrando la puerta a organizaciones o activistas externos que busquen introducir contenidos ajenos al currículo nacional. Según la enmienda aprobada, los centros deberán informar previamente a las familias sobre los temas, materiales y metodologías que se emplearán, garantizando así el derecho constitucional a la educación conforme a los valores familiares.
El diputado Rossano Sasso, portavoz de Lega en la Comisión de Cultura y Educación, explicó que la ley no elimina la educación sexual, sino que la protege de manipulaciones ideológicas. “Es legítimo hablar a los adolescentes de prevención o embarazos no deseados, pero no de convertir las aulas en escenarios de propaganda política”.
La decisión sitúa a Italia en la misma línea que países como Hungría, Bulgaria y Eslovaquia, que han adoptado legislaciones para proteger la infancia frente a la propaganda sexual y de género, reconociendo únicamente el sexo biológico en su sistema educativo. En la misma línea de esos países... y alejado de, pongamos, España, donde el Gobierno Sánchez sigue apostando por este tipo de contenidos que ahondan en la perversión de la infancia.