La Agenda 2030 se ha convertido en la concreción a corto plazo de los maléficos Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS). Los unos a nivel global y para siempre jamás, la otra, la Agenda, con la sensación de urgencia que todo proceso venenoso necesita para conseguir victorias parciales que galvanicen a todos los aliados hacia la victoria final.
La Agenda 2030, como los ODS, no son más que la automutilación de la raza humana, en presunto beneficio de un planeta que se rige por leyes cósmicas en las que el hombre ni pincha ni corta.
La Agenda 2030, como los ODS (Objetivos para el Desarrollo Sostenible), no son más que la automutilación de la raza humana, en presunto beneficio de un planeta que se rige por leyes cósmicas, en las que el hombre ni pincha ni corta
Dos ejemplos bien recientes: la crisis de la vivienda y los precios de los alimentos.
Los precios de la vivienda suben porque la única ley inexorable de la economía es la ley de la oferta y la demanda: suben los precios porque no se construyen pisos suficientes... y punto. Construya más pisos y verá cómo bajan los precios.
La pobreza aumenta con políticas como la del PP y la del PSOE. Hemos pasado de una generación que aspiraba a tener un piso en propiedad a otra que se conforma con alquilar... a una tercera que sólo puede acceder a alquilar una habitación con derecho a cocina y baño. Pero la economía va como un cohete.
Dos: el precio de la carne, sobre todo la de vacuno, se está convirtiendo en un producto de lujo. ¿Por qué? Porque faltan vacas y cerdos y ovejas y gallinas... porque el catecismo ecológico y la estupidez animalista exigen los derechos de los animales mientras se cargan los derechos de las personas. Han convertido la profesión de ganadero en un negocio ruinoso.
El problema de Sánchez es que desconoce la única ley inexorable de la economía: la ley de la oferta y la demanda. Bueno, y luego que tiene muchos prejuicios y frecuenta malas compañías. Entre ellas, la suya
De postre, la ganadería, como la agricultura, están comandados por trabajadores autónomos... y el actual Gobierno de España, miren por dónde, odia a los autónomos. Es como los viejos estalinistas, que adoraban los sovjoses controlados por el Estado al 100 por 100, pero odiaban los koljoses, donde el campesino tenía derecho a tener medio acre de tierra en propiedad. Naturalmente, el koljós resultaba mucho más eficiente que el sovjós.
Señores: la Agenda 2030, como los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), no son más que la automutilación de la raza humana, en presunto beneficio de un planeta que se rige por leyes cósmicas, en las que el hombre ni pincha ni corta.