El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha conseguido poner fin al cierre de Gobierno más largo de la historia tras 43 días de parón. Para ello, el Congreso ha acordado un presupuesto provisional que durará hasta el 30 de enero, fecha para la cual se deberán aprobar partidas para todo el ejercicio si se quiere evitar una nueva suspensión administrativa. El resultado de la votación ha sido de 222 votos a favor y 209 en contra.
Tras este cierre histórico cabe preguntarse, ¿y qué han conseguido con este paro histórico? Y lo que es más importante, ¿a qué precio? La respuesta la ha dado el propio Trump en sus redes sociales: no han logrado nada y el coste ha sido enorme, "poniendo a muchos en riesgo".
"Los demócratas intentan revivir el engaño de Jeffrey Epstein porque harán lo que sea para desviar la atención de su pésima gestión del cierre del gobierno y de muchos otros temas", advierte el republicano. Además, contabiliza económicamente el cierre: "Los demócratas le han costado a nuestro país 1.5 billones de dólares con sus recientes maniobras para cerrar el país de forma despiadada…deben pagar las consecuencias", avisa Trump.
Para lograr reabrir el gobierno, algunos senadores demócratas han tenido que unirse a los republicanos, y esto es justamente lo que ha conseguido Trump aprovechándose de la división y fracturación absoluta que vive el partido demócrata, dado que el líder de la minoría demócrata en la Cámara Alta y senador por Nueva York, Chuck Schumer no ha logrado mantener unido a su partido para continuar bloqueando al ejecutivo republicano.
Como ya advertimos en Hispanidad la semana pasada, la victoria de Mamdani en Nueva York tenía una lectura a nivel estatal de cara a las elecciones presidenciales: los demócratas ya tienen candidata, la congresista por Nueva York y referente de la izquierda radical Alexandria Ocasio-Cortez (AOC). Otro que salió victorioso es Bernie Sanders. Su revancha contra el partido ha llegado. Recordemos que en 2020, Sanders comenzó venciendo en los primeros estados y el establishment del partido hizo campaña en favor de Biden para desactivar su candidatura.
Y dicho y hecho, ambos pronósticos han dado un paso más esta misma semana. Sanders se ha quitado la careta, y ha sacado a relucir su vena más radical y vengativa, afirmando que “necesitamos enfrentarnos al establishment demócrata en todo este país".
Además, los primeros sondeos de opinión, determinan que AOC supera en valoración en más de 30 puntos entre los neoyorquinos a Schumer. La cuestión no es baladí, Schumer uno de los líderes más poderosos en la historia reciente del partido, con cincuenta años ininterrumpidos de carrera política, primero en el ámbito estatal, que representa a Nueva York desde hace más de un cuarto de siglo en la Cámara Alta y ostenta el liderazgo demócrata en tal Cámara desde hace casi una década, no sólo no revalidaría su escaño sino que sería barrido en las primarias de su formación por la representante más icónica de la izquierda radical del partido. La cuestión es si AOC se conformará con aspirar al Senado u optará directamente por concurrir a las primarias presidenciales demócratas de 2028, bajo el amparo de la poderosa facción de extrema izquierda del partido.
Aunque está por ver si Schumer será capaz de mantener el liderazgo parlamentario del partido, a la vista que destacados congresistas progresistas como Seth Moulton o Ro Khanna, entre otros, han pedido abiertamente su renuncia.
La división demócrata ha sido indicada por el presidente Trump que ha afirmado que “Schumer trató de romper a los republicanos, y son los republicanos los que le han doblegado”. Más claro fue el presidente de la Cámara de Representantes, Mike Johnson, quien días atrás afirmó que “El gobierno está cerrado porque Schumer y Jeffries (líder demócrata en el Congreso) está atemorizados por Mamdani”.