El plenario del Consejo Municipal del Ayuntamiento de Barcelona del 30 de mayo aprobó --con los votos de PSC, Comuns y ERC-- una proposición de 20 puntos con contenido de declaración institucional que, entre otros aspectos, “rompe las relaciones institucionales con el actual Gobierno de Israel” y “rompe el Acuerdo de amistad y colaboración que regula la relación con la ciudad de Tel Aviv Jaffa, de fecha 24 de septiembre de 1998”, en ambos casos “hasta que se restablezca el respeto al derecho internacional y al derecho internacional humanitario, y se garantice el respeto a los derechos básicos del pueblo palestino”, recogió en nota de prensa el consistorio. 

El alcalde de Barcelona Jaume Collboni (PSC) recordó en redes sociales que “hace 27 años, nuestro acuerdo con Gaza y Tel-Aviv se firmó con la esperanza de fomentar la paz y la cooperación”, pero que “la brutalidad del gobierno israelí en Gaza ha sobrepasado todos los límites de la humanidad. Barcelona no puede mantener vínculos con un Estado que perpetra crímenes contra la humanidad”. Además, subrayó que “Barcelona es y será una ciudad comprometida con la paz, los derechos humanos y la justicia internacional”.

En ese contexto, Collboni pretendía ayer entrar en Israel, para realizar un viaje institucional en el que se iba a encontrar con alcaldes palestinos. Pero se encontró con la negativa de de los judíos a dejarle entrar en el país. 

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Por otra parte, el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, dijo ayer que se encontraba abierto a “negociaciones inmediatas con vistas a la liberación de todos nuestros rehenes y el fin de la guerra” con Hamas en Gaza, aunque solo se haría “en condiciones aceptables para Israel”. 

Y lo dijo después de que Tel Aviv iniciase los preparativos para iniciar la invasión de la Ciudad de Gaza, movilizando a 60.000 reservistas, tras rechazar la propuesta de tregua realizada por los países mediadores Egipto, Catar y Estados Unidos y que había sido aceptada por Hamas. 

De hecho, el Ejército israelí aseguró que había avisado  a los hospitales de Gaza y a las organizaciones humanitarias internacionales para evacuar el enclave palestino.

Y el siempre belicoso ministro de Defensa israelí, Israel Katz, apuntó: “Pronto se abrirán las puertas del infierno para los asesinos y violadores de Hamas en Gaza, hasta que acepten las condiciones impuestas por Israel para poner fin a la guerra, principalmente la liberación de todos los rehenes y el desarme”.