El primer ministro húngaro, Viktor Orbán, ha anunciado este sábado durante su discurso anual sobre el estado de la nación Budapest que las madres con dos o más hijos estarán exentas de pagar de por vida el IRPF. Las exenciones entrarán en vigor en octubre para las madres con tres hijos y en enero para las que tengan dos, y es que las madres con más de cuatro hijos actualmente no pagan este impuesto sobre la renta. 

Como hemos sostenido en Hispanidad, la mujer que decide ser madre no pierde dinero sino algo mucho más importante: pierde la batalla por consolidarse en el mercado laboral frente al varón. Es de justicia que se le compense por ello. La solución está en un salario maternal, que no debería ser inferior a la mitad del salario mínimo, sufragado por el Estado, para toda mujer, por cada hijo que tenga y desde la gestación hasta la emancipación del niño. Para toda mujer, trabaje o sea ama de casa.

Hungría es de los pocos países que tienen claro que, o se fomenta la natalidad, o nos extinguiremos. Y como les hemos contado ha puesto en marcha diversas políticas para el fomento de la natalidad, y siempre ayudando a la mujer, que es la que es discriminada cuando es madre. Por ejemplo, Orbán ha creado el salario maternal en Hungría: salario íntegro durante los primeros seis meses de baja maternal y el 70% durante los siguientes dos años. 

Relacionado

Además, se han construido nuevas guarderías, que están enfocadas para madres que decidan volver al trabajo o para niños a partir de los tres años y se dan bajas remuneradas a los abuelos para la crianza de sus nietos, a lo que hay que sumar ayudas para el acceso de a la vivienda y el pago de la hipoteca y para la compra de vehículos más grandes. En la misma línea, cuando se contrae matrimonio, a las parejas se les concede una ayuda de 30.000 euros, sin intereses, que tendrán que devolver si tienen 3 o más hijos. El Gobierno húngaro ya invierte el 4% del PIB en iniciativas de apoyo a la familia, superando el 2,55% de media de los países OCDE.