En esta crónica semanal sobre Hispanoamérica recogemos noticias destacadas acaecidas en la región compuesta por países hermanados en la Hispanidad (que tienen en común su fe cristiana, su cultura y su lengua y cuya patrona es la Virgen del Pilar). 

En Ecuador, el pasado 3 de julio, el Defensor del Pueblo, César Córdova, presentó un proyecto de ley para regular la reproducción humana asistida, o sea, la Fecundación in Vitro (FIV), a instancias de la Corte Constitucional. 

La propuesta de ley, que incluye también la maternidad subrogada, se encuentra actualmente en trámite en la Comisión del Derecho a la Salud de la Asamblea Nacional. Pero más de 30 organizaciones provida ya han exigido archivarla, recoge Aciprensa. 

Bajo el título ‘Manifiesto Público: Embriones humanos no son mercancía’, el documento firmado por estas 30 entidades (entre nacionales e internacionales) asegura que el proyecto de ley “presenta riesgos contra la dignidad de la mujer y la maternidad; contra la vida humana desde su concepción, y contra la familia y su estructura natural”.

Se añade que se trata de “un proyecto de ley inhumano y mercantilista, que promueve la legalización de la venta y descarte de humanos concebidos fuera del vientre materno, e instrumentaliza y explota a la mujer embarazada y al bebé, tratándolos como objetos de intercambio comercial en lugar de personas con dignidad”.

El manifiesto también recuerda que “frente a la muerte selectiva de un 97% de seres humanos concebidos mediante fecundación in vitro, no podemos permitir que nuestro país genere un limbo jurídico, donde nacen hijos sin padres y se congelan hermanos en una orfandad indefinida”.

El manifiesto concluye con un llamamiento a los legisladores ecuatorianos: “Reafirmando nuestra posición de defender la vida de cada ecuatoriano desde su concepción, sin excepción alguna, solicitamos el archivo definitivo de este denigrante, absurdo y nefasto proyecto de ley que deshonra la maternidad y vulnera la santidad de la dignidad humana de cada ecuatoriano dentro del vientre materno". 

Cabe recordar, por otra parte, que el actual presidente ecuatoriano, Daniel Noboa, se comprometió a “defender la vida” contra el aborto y la eutanasia y a prohibir los “cambios de sexo en menores de edad”.

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Nos vamos a Uruguay, país que se convirtió recientemente en el undécimo del mundo en aprobar la eutanasia. 

La ley fue promovida por el partido gobernante, Frente Amplio (izquierdista), el del actual presidente, Yamandú Orsi. La nueva legislación permite la eutanasia a personas mayores de edad -no se permite la eutanasia en menores, por el momento- en plena forma mental “que padezcan una o más patologías o condiciones de salud crónicas, incurables e irreversibles que menoscaben gravemente su calidad de vida, causándole sufrimientos que le resulten insoportables”. Dos profesionales de la salud deberán avalarla. 

En ese contexto, el médico y profesor universitario Diego Velasco Suárez denunció en Radio María que "no puede haber un derecho a la muerte cuando el derecho que hay es el derecho contrario, que es el derecho a la vida”, recoge Aciprensa. 

“Si uno ofrece cuidados paliativos de calidad, el deseo de adelantar la muerte se supera en el 95 o 98% de los casos”, aseguró. “Nunca se atiende el sufrimiento existencial ofreciéndole la muerte”. Y añadió que las consecuencias pueden ser graves, porque “una vez que una ley se aprueba, en un país que es muy relativista moralmente, lo bueno y lo malo es lo que dice la ley”. “Va a calar como lo más natural algo que está destruyendo las bases de la convivencia social y del derecho y de la ética, que es que todos valemos lo mismo, todos los seres humanos somos iguales en dignidad y derechos humanos”.

“Dios no pierde batallas si uno hace las cosas por Él. Lo que no se puede hacer es abandonar esa batalla que es cultural y en este momento va a ser más importante centrarse en dar información sobre lo que dice la ley y sobre lo que pueden hacer los cuidados paliativos”, concluyó.

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En México, como ha venido contando Hispanidad, tanto el anterior presidente Andrés Manuel López Obrador como su sucesora y actual presidenta, Claudia Sheinbaum, han fracasado en sus políticas para combatir el crimen organizado, muchas veces vinculado a las narcobandas.

López Obrador y Sheinbaum -ambos pertenecientes al izquierdista partido Morena (Movimiento de Regeneración Naciona)- son partidarios de aplicar la política de “abrazos, no balazos” contra los delincuentes, un buenismo que aprovechan estos para campar a sus anchas y cometer todo tipo de delitos.

En ese contexto de impunidad de la violencia y de vacío moral, se producen asesinatos y acciones violentas cada día.

Por ejemplo, en la sierra de Chihuahua, al norte del país, fueron asesinadas siete personas recientemente, cuando “fueron alcanzadas por los disparos en un enfrentamiento entre civiles armados”, según la Fiscalía General del estado, recoge Aciprensa. 

El obispo de la Tarahumara, Mons. Juan Manuel González, expresó su tristeza por “la sangre derramada de hijos e hijas de esta tierra”, la cual “nos interpela y nos duele en lo más hondo del corazón”. El prelado dijo que es necesario levantar la voz “para repudiar toda forma de violencia que amenaza la paz y la dignidad de nuestras comunidades”. E instó a la sociedad a no acostumbrase a “la muerte ni callar ante el dolor que golpea una y otra vez a la Sierra Tarahumara. Nuestro silencio sería complicidad”. 

A quienes generan violencia, les recordó que “la vida de cada persona pertenece a Dios, y que toda acción que siembra muerte destruye no solo a otros, sino también el alma propia y el futuro de nuestros pueblos”. 

Y también realizó un llamamiento a las autoridades para que “redoblen sus esfuerzos en la protección de la población civil, la búsqueda de la justicia y la reconstrucción de la paz en nuestra región”.