La unidad exhibida en el Congreso de IFEMA ha durado pocos días. Ahora mismo, tenemos un Partido Popular dividido: Feijóo acepta el espantajo socialista de la ultraderecha, Ayuso no.
La presidenta madrileña se enfrenta directamente al Génova: ella sí está dispuesta a gobernar con Vox.
Ella, que, en cuanto pudo apartar a los de Abascal en la comunidad de Madrid, lo hizo. Ahora bien, a lo que no está dispuesta es a aceptar el cinismo socialista de que el PP no puede gobernar en una región o en un ayuntamiento con Vox mientras el PSOE sí puede gobernar toda España con la extrema izquierda, con separatistas y con terroristas, pero no puede gobernar con ultraderecha. Además, en el caso de Vox, no es ultraderecha, es sencillamente, un partido cristiano (aunque, a veces, muy mal cristiano).
Por eso afirma Ayuso que no ha oído en su formación que no se vaya a pactar con Vox. Lo cierto es que la presidenta de Madrid debe andar mal de oído o no escucha lo que no quiere oír. Ahora bien, ella es la que acierta y Feijóo quien falla, porque el PP vuelva a cometer el mismo error de la campaña electoral de julio de 2023, donde se hizo el exquisito con Vox y muchos de sus votantes prefirieron vota al PP original... o sea, a Vox.
Al tiempo, el partido de Abascal, por fin, toma la iniciativa en algo: el escándalo de la inmigración. Y lo mejor es que, en este punto, el pueblo español está con Vox, no con el PP ni con el PSOE. Porque las mentiras de Moncloa, de Marlaska y de Pilar Alegría no cuelan cuando ven cómo los musulmane se están apoderando de las calles en cada día más localidades españolas y cuando se dispara el número de españolas agredidas sexualmente por inmigrantes musulmanes.
El partido de Abascal, por fin, toma la iniciativa en algo: el escándalo de la inmigración Y lo mejor es que, en este punto, el pueblo español está con Vox, no con el PP ni con el PSOE
Feijóo piensa que la corrupción puede acabar con Sánchez. No digo que no, pero el problema es que él debe ofrecer su propio programa anternativo al desastre sanchista. Con su postura acomodaticia sobre la inmigración ilegal, no está proporcionando alternativa alguna. Y mientras no diga lo que debe decir, que Vox no es un partido ultra, mientras los socios del Gobierno si lo son... Feijóo no llegará a La Moncloa.