El Partido Popular y Vox han presentado este lunes una amplia propuesta de ley de modificación del Reglamento de las Cortes Valencianas. El acuerdo, de once páginas, incluye la eliminación de una serie de comisiones no permanentes, por ejemplo, la LGTB, que pasa a integrarse en la de Familia, Política Social e Igualdad.
Otra de las medidas polémicas es la modificación del lenguaje del Reglamento de la Cámara y volver a las normas de la Real Academia de la Lengua (RAE) en lugar del denominado lenguaje inclusivo, como hasta ahora.
Hablamos de momento de propuesta, pero será aprobado porque los dos grupos parlamentarios, PP y Vox, suman mayoría absoluta en la Cámara autonómica valenciana. Desde su entrada en vigor, la Mesa de las Cortes Valencianas tendrá un plazo de dos meses para aprobar un texo refundido que integre «debidamente regularizadas, aclaradas y armonizadas las reformas aprobadas», así como «adaptando el lenguaje en el Reglamento de las Cortes Valencianas a lo recomendado por la Real Academia Española (RAE)».
Todas, todos y todes estamos consternados por esta medida cuanto menos fascista. Recordemos que ya hace un año, el Congreso de los Diputados aprobó un manual de "recomendaciones para evitar el uso de lenguaje sexista en el ámbito de la Administración parlamentaria". 15 páginas repletas de ejemplos, ejemplas y ejemples. Pero llegó la RAE para aguarles la fiesta.
La RAE elaboró una nota en la que criticaba el documento. Y es que el lenguaje inclusivo vive su auge desde que Pedro Sánchez entró en la Moncloa. Sí, es cierto que el lenguaje incluso lleva años intentando entrar en los hogares: con Bibiana Aído al frente de igualdad, ya escuchamos aquello de "miembro y miembra".
Pero con Sánchez en el poder, el lenguaje inclusivo se ha disparado, y lo que molestó a los académicos de la RAE, es que les usaran para defender el manual: "el hecho de que se afirma expresamente en ellos que se han elaborado teniendo en cuenta «las reglas gramaticales vigentes y las recomendaciones contenidas". A lo que añadieron que "no se avanza en la consecución de la igualdad democrática de hombres y mujeres forzando de manera artificial la gramática y el léxico de la lengua española".
Pero ya saben, lo dijo Pam, la amiga de Irene, los de la RAE son unos dinosaurios. Por eso Sánchez quiere acabar con ellos: no son reflejo de su Gobierno, el más progresista de la historia.