Nuevo ridículo del Gobierno de Pedro Sánchez; de su ministro de Exteriores, José Manuel Albares; del presidente de la Generalitat catalana, Salvador Illa; del lehendakari vasco, Imanol Pradales; y del fugitivo de la justicia española Carlos Puigdemont. Todos ellos empeñados en que la UE reconozca al catalán y al euskera (y de paso, al gallego) como idiomas oficiales en la Unión.
Hoy viernes se ha producido el séptimo 'no' a la iniciativa, que ni tan siquiera se ha votado porque la presidencia danesa -de turno- ha verificado durante la reunión de los ministros de Asuntos Europeos de la UE que es un tema que no ven prioritario y sobre el que tienen muchas prevenciones, sobre todo en el ámbito funcional, económico y jurídico.
Así lo ha expresado la la ministra danesa de Asuntos Europeos, Marie Bjerre: "Hay muchas preocupaciones planteadas por los Estados miembros, que van desde cuestiones presupuestarias hasta aspectos legales. Por supuesto, tenemos que encontrar respuestas a todas ellas. No preveo que haya una votación hoy".
Y, según ha trascendido, el temita español, local, concerniente a las cuitas internas españolas, está empezando a incomodar a los socios de la UE, que ven que hay otros asuntos mucho más importantes que abordar y de los que preocuparse.
Por ejemplo, el ministro de Exteriores de Luxemburgo, Xavier Bettel, le criticó al Gobierno español su empecinamiento en abordar este tema en un momento que, a su juicio, «realmente no es el adecuado», un rechazo que también mostraron los ministros de Polonia y Finlandia.
Así pues, Puigdemont no consigue, por el momento, -y parece muy difícil que también lo logre a futuro- la cesión que le sacó a Sánchez a cambio de la investidura de este: el reconocimiento del catalán com lengua oficial de la UE.