Hispanidad calificaba ayer el proyecto de Ley de Vivienda como "ley comunista". Es cierto y constituye el más feroz ataque contra la propiedad privada de toda la etapa democratica.

Todas las obligaciones son para el propietario robado, todas las ventajas para el ladrón de pisos. Ciertamene, el Sanchismo se supera a sí mismo.

A partir de ahora, el propietario tendrá que demostrar que el piso es suyo, pero la ley cuidará de que los okupas sean avisados de cuándo se les va a desalojar para que se preparen a resistir con violencia, de que no sean vulnerables (si no son pobres a lo mejor pagarían el alquiler) que no se les impogan precios abusivos y que, en definitiva, pueden dilatar tanto los procesos penales -que de delincuentes hablamos- y así, se les permita enlazar okupación con okupación, tras haber destruido la propiedad usurpada.

El movimiento okupa no es más que envidia: del que tiene algo que yo no poseo

Es una ley de vivienda okupada, que sólo sirve para que don Pedro Sánchez pueda mantener su Gobierno en pie, y él en el sillón, mientras alarga la legislatura todo lo que le permita la ley, a la espera de que cambie la tendencia de las encuestas preelectorales. Y si no cambia antes de diciembre, incluso enero... pues entonces habrá más leyes comunistas, o simplemente chifladas.

Por cierto, el movimiento okupa no es más que envidia: del que tiene algo que yo no poseo. Conviene recordarlo.