La vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo y Economía Social, Yolanda Díaz, ha anunciado este jueves que ha convocado a sindicatos y empresarios el próximo 20 de octubre para iniciar la negociación para reformar el despido en España. Durante su intervención en los 'Desayunos Informativos de Europa Press', encuentro que le ha dado para mucho, la ministra ha asegurado que esta reforma del despido no va de si la indemnización por despido improcedente es de 33 días por año trabajado o de 45 días, como recogía anteriormente la legislación, sino de la lógica indemnizatoria. Yoli, no va sobre los 33 días porque recordemos que el Supremo ya te ha dicho por activa y por pasiva que no, que no puede haber indemnizaciones por despido que superen los 33 días por año trabajado.

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Les pido atención para poder seguir a la mente precala de Yoli: "El concepto es que hay que indemnizar siguiendo la estela de lo que llevamos pleitos en el ámbito civil, de la lógica indemnizatoria, que es el daño emergente y el lucro cesante. Y esto tiene singularidades propias, no es lo mismo que despidan a un trabajador cuando se encuentra, a lo mejor, próximo a la jubilación, que a un joven o una joven con muchísima formación y capacidad y dinamismo de incorporación y demás".

Traducido, se endurecerá y encarecerá el despido porque así lo quiere Yoli. Y más, vuelve a su otro objetivo: la subida del salario mínimo interprofesional (SMI). Díaz ha afirmado que le "encantaría" que la CEOE se sumara esta vez al acuerdo. De hecho, ha asegurado que prefiere un acuerdo "con un salario mínimo menor, que uno más alto sin acuerdo". Se nos saltan las lágrimas por este intento de Yoli de limar asperezas con Garamendi. 

No deja de tener cierta gracia todo esto: Yoli quiere subir el SMI y encarecer el despido, en España, país con medalla de oro en desempleo.

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Y cuidado, que si no cumples, te lanza a los Inspectores de Trabajo porque "En nuestro país no cabe el empleo sin derechos".

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En cualquier caso, despido libre, si cabe, con indemnización pactada de antemano; eliminación de los impuestos laborales, las famosas cotizaciones sociales y otros extras y, eso sí, salarios dignos. Tres patas para un nuevo mundo del trabajo, además del modelo más justo de mercado laboral.