En pleno estrechamiento del cerco a Sánchez por los casos de corrupción del PSOE y su familia, se imputa al exministro pepero Cristóbal Montoro, que abandona el partido. Curioso...

Una de las noticias del día ha sido la imputación del que fuera ministro de Hacienda del Gobierno del PP, Cristóbal Montoro -durante la presidencia de Mariano Rajoy- por el magistrado del Juzgado de Instrucción nº2 de Tarragona, Rubén Rus, nada menos que por nueve presuntos delitos: cohecho, fraude contra la administración pública, prevaricación, tráfico de influencias, negociaciones prohibidas, corrupción en los negocios y falsedad documental.

Después de conocerse esta información, trascendía que Montoro ha abandonado su militancia en el PP. 

El juez ha imputado al propio Montoro y a nueve de sus colaboradores por presuntamente modificar normativa fiscal para favorecer a compañías gasistas que desembolsaron 779.000 euros para pagar al despacho de abogados Equipo Económico, que fue creado por el exministro.

Según el auto dictado por el Juzgado de Instrucción número 2 de Tarragona, "el uso de tales potestades habría permitido a Equipo Económico (EE) poder ofrecer a sociedades de distintos sectores reformas que beneficiasen sus intereses económicos, en menoscabo del sector público". El exministro "presuntamente hace uso de las potestades que le corresponden en la iniciativa legislativa de su Ministerio, lo que presuntamente aseguraría una ganancia al despacho EE”. Y añade el auto que estas actuaciones "ponen de manifiesto la intencionalidad para aprobar una modificación 'ad hoc', es decir, que beneficiase exclusivamente a las gasísticas y dejase fuera a otros sectores cuyos costes de electricidad también superasen el lindar del 50% de los costes de producción".

El periodista que investigó esta trama, el jefe de investigación del diario ABC, Javier Chicote, ha contado las represalias que sufrió por parte del exministro: 

Otro de los periodistas que sufrió las iras de don Cristóbal fue el ahora director de Más de Uno y entonces director de La Brújula (ambos programas de Onda Cero), Carlos Alsina. Lo ha contado este jueves en su editorial de las 8:00 de la mañana y no tiene desperdicio: "Érase una vez un ministro de Hacienda, hombre poderoso, al que irritaba sobremanera que se le criticara en un programa de radio. Irritado, contrariado y convencido de que el poder le daba carta blanca, convocó en su ministerio a los responsables del programa y de la cadena que lo emitía. Ejerció, por supuesto, toda la presión que pudo para intentar que el programa se volviera complaciente con él y con su gobierno, que aplaudiera cada noche sus decisiones y lo celebrara a él como el hombre que estaba arreglando España. Primero invocó las oportunidades de negocio que se abrirían en el país gracias a su sabiduría y su acierto innegable: oportunidades de negocio, dijo, para aquellos que remen a favor, del gobierno, se entiende. Y visto el éxito, cero, que obtuvo su apelación cambió de táctica e invocó lo contrario. El castigo fiscal que podrían sufrir las empresas que no entraran por el aro. Fracasado de nuevo en su labor coactiva, aquel hombre poderoso perdió los nervios, y perdió los papeles, y le espetó (tuteando) al responsable del programa de radio denostado: "Soy el ministro de Hacienda, ¿entiendes?, yo decido el IVA del libro digital y no creo que los accionistas de tu grupo editorial les guste que se lo suba, tenlo en cuenta". El ministro se llamaba Cristóbal y se apellidaba Montoro. El programa de radio tenía nombre de aguja imantada y su responsable se llamaba Carlos. Han pasado trece años. Ignoro en qué quedará la causa judicial que instruye un juez de Tarragona por presunto trato de favor a empresas gasistas del ministerio de Hacienda en los tiempos de Montoro. Sospecha el juez que estas empresas obtuvieron reformas legales favorables pasando primero por caja del despacho de abogados -más bien lobby- que había fundado el ministro en el tiempo en que fue ex ministro de Aznar y antes de volver a ser ministro con Rajoy. Veremos cómo sigue la causa y que será de Montoro, hoy imputado. Pero que entendía el poder como una vía para premiar favores, beneficiar a afines y castigar a quien no tragara no hace falta que se esfuerce el juez en demostrarlo". 

Las reacciones políticas a este caso no se han hecho esperar. Al PSOE le permite por un momento tomar la iniciativa del discurso político y le da munición para contraatacar al PP por sus casos de corrupción, o los de sus responsables políticos: 

Y el PP se defiende sacando su artillería sobre la corrupción reciente del PSOE. Así, su vicesecretario de Hacienda, Vivienda e Infraestructuras, Juan Bravo, ha dicho que "si hacemos una análisis amplio, eso no habla de mordidas, prostitutas y colocación de amigas, esto es diferente". Y ha recordado que "esta causa ya fue archivada anteriormente". 

Eso sí, ante su imputación, Montoro ya ha actuado: se ha dado de baja del PP. Así ha reaccionado al conocer que el partido iba a abrirle un expediente... así que se ha adelantado. 

No olviden que la imputación del exministro de Hacieda pepero llega en pleno estrechamiento del cerco a Pedro Sánchez por los casos de corrupción del PSOE y de su familia (ya hasta se pide retirar el pasaporte a David Sánchez por riesgo de fuga a Japón). Curioso... ¿Casualidad? Por supuesto que no, y muchísimo menos si se recuerda al poeta, dramaturgo, filósofo e historiador alemán Friedrich Schiller, quien defendía que las casualidades no existen.